miércoles, 24 de julio de 2013

Las alertas del Whatsapp y el conductismo

No me acuerdo exactamente en qué lugar fue, pero hace un par de semanas leí un artículo que relacionaba el conductismo con nuestra forma de mirar compulsivamente el smartphone. Pido perdón por no poder referenciarlo correctamente.

El conductismo ha sido y es un pilar histórico importante de la Psicología. Skinner (1904-1990) fue uno de los expertos que más activamente contribuyó a sentar las bases prácticas de esta teoría e incluso demostró muchísimas de esas hipótesis de una forma impecablemente empírica. El conductismo sería largo de explicar en condiciones y no soy ningún experto en la materia, pero básicamente es un enfoque de estudio de la conducta humana a base de premios y castigos sobre los sujetos. 

Skinner descubrió la fuerte influencia de los refuerzos positivos (recompensas) o negativos (castigos) a la hora de llevar a cabo ciertas tareas entre los sujetos involucrados en sus experimentos. Fue capaz incluso de esquematizar nuestros comportamientos de una forma muy simple: actuamos para obtener el refuerzo positivo, placentero, y esquivamos el refuerzo negativo, doloroso. Llegó incluso a conseguir que animales como las palomas adquiriesen y demostrasen comportamientos complejos, a la hora de resolver problemas o jugar a juegos complejos, simplemente poniendo en juego esos premios, los cuales perseguían las palomas.


El premio hace que sigamos una conducta para conseguirlo. Sí. Pero observó algo mucho más interesante. Veamos lo siguiente: supongamos que una paloma encerrada en una jaula tiene ante sí una máquina simple. Lo único que está a la vista es una palanca y un agujero. La paloma, tras aburrirse mucho en la jaula picotea la palanca y descubre que al pulsar la palanca, aparece en el agujero una porción de comida. Y cada vez que repite, mismo resultado. A 10 usos de la palanca le corresponden 10 bolitas de alimento. La paloma se engancha a darle a la palanca y a comer el resultado.

Y aquí está la gracia de lo que descubrió Skinner: si en vez de correlacionar 10 pulsaciones de la palanca con 10 bolitas de comida creaba un resultado no tan favorable, ocurría algo sorprendente. Ahora la máquina no desprende comida siempre que se tira de la palanca, sólo a veces, y no se sabe cuando ocurrirá, no es algo fijo. Pongamos que cada 10 veces que la paloma pica la palanca, solo 2 obtendrá comida.

¿Resultado? Las palomas se engancharon muchísimo más que antes, que cuando obtenían algo seguro. La incertidumbre era muchísimo más adictiva que la seguridad.

Y ahora: una imagen. Aquellos que miran compulsivamente la pantalla del móvil para ver si hay un nuevo mensaje de Whatsapp, o un mail, o una alerta de Facebook. No siempre hay alguna alerta en la pantalla, pero siguen probando sin rendirse...

Gracias a Skinner, me paro a pensar que las ideas de Skinner tienen muchísimo que ver con nuestra conducta. Quizás seamos muy simples en todo. Aunque asusta pensarlo

9 comentarios:

  1. Estupenda entrada me ha dejado con la boca abierta porque es asi como funciona como la palomaaa jaaaa

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    1. Encantado de haberte sorprendido, seguiremos aprendiendo más.
      Gracias por la visita.

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  2. Hola Luis, muy interesante la entrada. Quizás, ya que mencionaste a Skinner, te gustaría leer su novela, en la que nos plantea una ciudad construida científicamente. Además, establece una comparación bastante curiosa con la realidad. Se titula WALDEN II. Por profundizar un poco más, mencionaré a Pavlov y su conocido experimento con perros, en el que condicionó al animal haciendo sonar una metrónomo (estímulo neutral), presentándole a continuación un comida (estímulo incondicional). Después de repetir esta relación durante un tiempo, al hacer sonar el metrónomo la respuesta salival apareció, aún cuando no fue presentada la comida, es lo que se conoce como condicionamiento clásico...ha llegado un momento en que con el tono del whatsapp actuamos como los perros de Pavlov...así de simples somos :) Un abrazo

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    1. Hola Cristina, encantado de tenerte por aquí.
      Sin duda que tenemos también mucho de Pavlov en nuestra conducta, cuyas teorías también conozco y has resumido muy bien. De hecho nuestra adicción al Whatsapp bien puede tener algo de ambas a la vez. A veces me aterra que podamos ser tan simples. ¿Cómo así sabes tanto de esto?
      Me he apuntado la novela de Skinner, la verdad es que debe ser muy interesante. Skinner mismo es un personaje con sombras, del que ya hablaré otro día con más detenimiento.
      ¡Saludos y gracias por la visita!

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  3. Súper interesante, aunque no me sorprende para nada la correlación. Estoy totalmente de acuerdo. Soy veterinaria, y cuando estaba en la facultad tenía una asignatura llamada Etología (viene a ser estudio del comportamiento animal, psicología animal) y nos explicaron todo ésto de que los animales actuan principalmente mediante refuerzo positivo/negativo, y es este instinto el que se usa para enseñarles a hacer cosas, etc..
    Nosotros, como animales, ¿por qué íbamos a ser diferentes en este sentido?

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    1. Hola Elena. Qué interesante, veterinaria. Si viste algo de etología, lo comprendes bien, porque es exactamente eso. Y nosotros, pues no podemos escapar de nuestra naturaleza animal, jaj, simplemente eso.
      ¡Saludos!

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  4. Menos mal que no lo utilizo.... Ufff y viendo como veo, ya no tan sólo en lo que nos compartes en tu artículo, sino en cómo se comportan muchos de quienes tengo alrededor cada vez tengo más claro que no lo utilizaré (al menos por ahora... jajajajaja) a no ser que acaben implantándolo en el cerebro y entonces ya veré como hacerlo para evitarlo. Es curioso como a través de los estudios y "experimentos" no nos damos cuenta de la forma cómo somos utilizados.

    Saludos y feliz verano!!

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    1. No dudes en que acabarán implantándonos un teléfono dentro de la cabeza, así que ve pensando la solución. Buscaré más cosas de este estilo, realmente se descubre mucho sobre nuestro comportamiento a través de pequeños detalles.
      ¡Saludos!

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    2. Tal vez si me pongo un casco...

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