He experimentado algo extraño con este libro. Llevaba ya un tiempo detrás de él porque me impresionaba su autora. Cuando al fin empecé a leerlo me decepcionó un poco porque lo encontré demasiado 'cibernético'. No obstante, cuando lo estaba terminando ya hacía tiempo que me estaba gustando. Sensaciones curiosas si os digo que este volumen no llega a las 70 páginas.
Este libro está escrito por Lina Ben Mhenni, una joven bloguera tunecinas que tuvo un importante papel activo en el inicio de los movimientos en Túnez que, al extenderse a otras regiones, dieron lugar a lo que conocemos como Primavera Árabe, aunque ni mucho menos fue Lina la única protagonista virtual. Podéis visitar su interesante blog: A Tunisian Girl, donde también os daréis cuenta del valor que ella concede a la comunidad virtual interrelacionada que fue tan útil en este evento histórico.
El libro lo abre un prólogo escrito por Maruja Torres en el que ensalza a Lina y al poder de la red. ¿Y qué cuenta la propia Lina? Tras un comienzo un tanto tortuoso donde se nos bombardea en exceso con términos relacionados con Internet y se nos pone un poco en la historia actual de Túnez; se puede decir que la acción verdaderamente comienza cuando Lina toma parte activa en las movilizaciones.
¿Cómo lo hace? La joven sale a la calle a grabar y tomar testimonio sobre las atrocidades que comete a diario la dictadura. Paralelamente, su alma virtual plasma en las redes sociales y en su blog personal muchas pruebas de lo que recoge en las calles para que dentro y fuera del país se tenga constancia de ello. En este sentido me ha gustado porque es una obra periodística, aunque algunos profesionales no lo quieran ver así. Lina no tiene un periódico ni forma parte de un canal de televisión, pero cuenta con su habilidad en las redes y la capacidad de amplificar su poder divulgativo cuando se junta con la comunidad de blogueros, llegando incluso a dar constancia a medios internacionales y a poner en escena en Túnez al famoso grupo Anonymous.
Lo mejor de este libro es tomar conciencia de cómo los ciudadanos tunecinos se juntan en las calles aunque no se conozcan, se defienden y atacan a la vez. De cómo algunos sectores de la población como los abogados desafían a la dictadura y dan su apoyo a la marea. De cómo la gente se entera de la verdad y del sufrimiento por la red pese a los intentos de censura del dictador Ben Ali. De cómo la manifestación final alcanza unas dimensiones colosales que ponen punto final al tirano (tremenda escena, por cierto). De cómo, desde las horrorosas penurias hasta la victoria del pueblo, los sentimientos como escarpias no dejan de estar presentes.
Lina dice que es bloguera y siempre lo será. Porque la bloguera no puede parar de denunciar lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Es un relato muy corto pero emotivo, y nos hace reflexionar sobre el temor que las autoridades tienen hacia la red. Porque aunque puedan manipular y censurar, no pueden poner vallas al campo virtual ni parar los pies a chicas valientes como Lina que pelean con bits y arrobas por la libertad de los pueblos.
Maravillaros de lo que somos y seríamos capaces usando Internet. Algunos como Ben Ali han tenido que salir huyendo de él. Pero todavía hay mucho por hacer, muchas causas que merecen atención en el mundo y el trabajo de divulgación es más necesario que nunca.
El trabajo de un bloguero activo no acaba nunca. Por eso Lina Ben Mhenni dice que es y será bloguera.
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