Como ya definí en otra entrada, la electricidad es sin duda uno de los mejores inventos de la humanidad. Invento que no es gratis, y además nos da la impresión que resulta bastante caro. Tenía un poco oído acerca de que la energía eléctrica, tal y como está producida y suministrada en España, era una causa que conllevaba mucho descontento. Tras informarme un poco, puedo decir que la realidad supera bastante ese titular. A ver qué os parece.
Resulta que, para empezar, existe un déficit entre lo que pagamos de tarifa eléctrica con nuestras facturas y lo que en realidad cuesta producir y distribuir dicha energía. Este déficit lo asume el gobierno de buena fe, porque está considerado que la energía debe ser un bien accesible para el pueblo y a cambio él se compromete a pagar la diferencia a las eléctricas. Sin embargo, aquí las que monopolizan la electricidad hacen una trampa garrafal: cuando calculan el coste eléctrico total lo hacen en base a la forma de obtención de energía más cara. Como sabemos, hay múltiples formas de obtener electricidad y difieren en su precio de forma notable. Pero si asimilan toda la producción hacia la más costosa, esto clama al cielo: eso quiere decir que por ejemplo pagamos la energía nuclear al mismo precio que la eólica, que es unas tres o cuatro veces más barata. Así es como se están embolsando unos beneficios especulativos más que notables. Beneficios que tampoco se invierten porque en el diseño de la red eléctrica hay algunos puntos deficientemente diseñados.
No deja de ser curioso que, con lo potente que es esta nación en investigación y desarrollo de energías renovables, competitiva internacionalmente incluso, se impulse tan poco su dependencia. Con lo bien que nos vendría y lo que ahorraríamos en la factura, ¿no?
Por último, tampoco hay una motivación por tender hacia que el consumidor pueda ser autosuficiente. Si él decide correr con el gasto de una instalación renovable en su casa, se ve sorprendido por medidas que hacen devolver su exceso de energía producido a las empresas y además tiene que pagar por el servicio. Tristemente, aunque es una idea maravillosa para respetar el medio ambiente, pero no es para nada rentable.
En definitiva, hasta que no se adopten medidas gubernamentales poderosas para incidir sobre el control de las energías, seguiremos pagando mucho más de lo que debemos por la energía que consumimos, se generarán deudas abismales sin sentido que hay que pagar y no conseguiremos basarnos en una energía limpia porque los que mandan no lo ven con buenos ojos.
En mi opinión, crear un mundo energético más económico y con más respeto hacia el medio ambiente no debería contrariar a nadie. Pero... mientras el sistema siga así montado, parece que no llevo razón.
Un sabio dijo una vez: "La energía más barata es la que no se consume". Creo que hay que racionalizar el consumo, dejar de consumir electricidad en cosas absurdas como iluminar fachadas de edificios, dejar luces encendidas por doquier, apagar las pantallas de los ordenadores y las televisiones por completo. pero paece que estamos educados en la filosofía del consumo. También hay qu tener en cuenta la inversion que conlleva cada tipo de energía, y si las instalaciones estan amortizadas o no, lo que cuestan los permisos de emisiones si en sus casos lo necesitan, y los costes de desmantelamiento, porque por ejemplo las plantas fotovoltaicas no son tan limpias como parecen a la hora de desmantelarlas debido a los silicatos que necesitan. Un tema muy interesante, habrá que ver como voluciona el tema.
ResponderEliminarun kiss
Rocío
http://elclosetderocio.blogspot.com
Hola Luis:
ResponderEliminarSi quieres algún día que te cuente los entresijos del déficit de tarifa, hay mucha basura por detrás, pero el Gobierno ha sido un gran culpable de lo sucedido. Obviamente que a muchos les ha interesado, al final ya conoces ese dicho que "entre Dios y el dinero, el segundo es el primero".
Pero lo dicho cuando quieras, te cuento un poco.
Por cierto, tema muy interesante.
Macarena
Hola Macarena.
EliminarCoincido, en mi opinión es el Gobierno quien, con las pertinentes reformas y apaños, ha dado alas a las empresas eléctricas y asociadas para que campen a sus anchas y hagan de las suyas. Por no hablar que ya es muy difícil trazar línea entre el Gobierno y los intereses privados...
Estaría encantado de que me comentases, seguro que sabes mucho más que yo que voy de aprendiz de la vida, jeje.
Lo grave, además de lo expuesto, es que este ejemplo se puede extrapolar a la mayoría de transacciones (no necesariamente económicas) que realizamos. Vivimos en la sociedad del pillaje, donde el tonto es el que no se aprovecha de los demás.
ResponderEliminarAsí que ya no nos sorprenden estas cosas, lo que nos sorprende de verdad son los actos altruistas y la honestidad.
Es verdad lo que comentas dahl, reina una cultura de la picarescca bastante extendida. No sólo ya en las empresas poderosas, sino también las conversaciones con amigos o familiares el que ha conseguido un apaño o algo gratis es el más celebrado.
EliminarEstoy de acuerdo contigo: hace falta una regeneración moral.