martes, 28 de mayo de 2013

Demasiado afán por lo radiactivo


En 1918, Laboratorios Radio Bailey, Inc, Nueva Jersey, comercializó Radithor bajo el lema "una cura para los muertos vivientes". Se presentaba así como un remedio universal que además lograba en el paciente "una alegría perpetua".

Como muchos bien habrán deducido ya, Radithor contenía una solución de agua destilada de isópotos de Radio 226 y 228, ambos altamente radiactivos. Era la época de bonanza para la radiactividad en el campo de la salud y el bienestar, pues aparte de los estudios de la época de Curie no se sabía aún mucho sobre estas sustancias y muchos las veían como portadoras de efectos beneficiosos. 

No dudaron ni tardaron en sacar partido a esa idea. Aparte de Radithor también surgieron cremas para la cara, dentífricos y hasta supositorios con cantidades de sustancias radiactivas que llegaban a niveles más que moderados.

Pero volvamos a Radithor, esa deliciosa panacea. Su éxito no duraría mucho. Radithor se retiró del mercado cuando Eben Byers, un hombre de la alta sociedad americana, murió en 1932 tras haber consumido cerca de 1.400 botellas de Radithor. 


Ese afán le llevó a perder la mayor parte de la mandíbula. En la insólita imagen superior podéis ver cómo la luz que desprenden sus dientes refleja la radiactividad que contenían. 

Radiactividad que claro, ya estaba demasiado extendida también por el resto de su cuerpo. Y es que al morir, el cadáver de Byers almacenaba tal nivel de radiactividad que hubo que enterrarlo en un ataúd revestido de plomo.

De todas formas, tranquilos. Los productos milagro de hoy en día no serán tan peligrosos, estoy seguro.

Extraído de Ian Crofton, 2010, Science without the boring facts

4 comentarios:

  1. Jo... Vaya tela, hacían y hacen experimentos con nosotros, los conejillos de indias. Hoy hay grandes laboratorios farmacéuticos que hacen contratos con médicos con el fin de que receten sus medicamentos aún en casos innecesarios.

    Aunque lo de que lleven componentes radiactivos, parece que es ya cosa del pasado, me ha dejado sorprendido lo del Radithor! :D

    Ah, cuando puedas, cambia de tu lista de blogs el antiguo (fyren) por en nuevo, ya no se actualiza! ;)

    Un saludo, amigo!

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    1. La verdad es que el Radithor es uno de los casos más chocantes que he leído, en especial por el ataúd de plomo, me parece muy curioso. Tranquilo, los experimentos de hoy en día, si ocurriesen, no serían para tanto.

      Perfecto compañero, ya he actualizado el link de tu blog!
      Saludos

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  2. "Se presentaba así como un remedio universal que además lograba en el paciente "una alegría perpetua"."
    ¿Para eso no tenemos ya las drogas? Tengo entendido que la cocaína te pone a ciento y pico.

    " pues aparte de los estudios de la época de Curie no se sabía aún mucho sobre estas sustancias y muchos las veían como portadoras de efectos beneficiosos"
    ¿? ¿Pero los Curie no habían muerto por la radiación?
    ¿Quién puede sacar la conclusión de que algo que te mata tiene que ser bueno? .____.

    Tío... qué mal rollo, en serio. Creía que eso de brillar sólo pasaba en los dibujos animados...

    Muy interesante, Luis =D

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    1. Para que veas que con todo se puede intentar hacer negocio.

      Lo de brillar ocurre porque es una radiografía, tranquilo.

      Me alegra que lo encontrases interesante, ¡saludos!

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