2012 deja atrás a Ray Bradbury, un fantástico escritor estadounidense. Sé que su obra es muy extensa, pero yo sólo he leído su magnífico Fahrenheit 451, una novela distópica donde los libros son quemados por los bomberos por orden del Gobierno.
Al ver esta fotografía suya mientras repasaba el 2012 en este vídeo, me dejó perplejo ver una risa tan energética recorriendo su rostro. Es como si quisiera manifestar algo y no pude sino relacionar esa expresión de su cara con su novela.
Puede que Bradbury se esté riendo porque al final sí que estén quemando los libros bajo nuestras narices y con nuestro consentimiento, y que por eso estén desapareciendo cada vez más de nuestras vidas.
O peor, puede que ni siquiera les estemos prendiendo fuego, sino que les estemos desatendiendo a propósito. Porque parece que preferimos fijarnos en otros vicios que requieran menos esfuerzo, en otras formas mundanas. O quizás porque nos creamos que podemos encontrar la verdad fuera de ellos.
Tranquilo, Bradbury. No hemos llegado a los 451 grados Fahrenheit. Pero hace calor aquí, quizás rondemos los 449.
Es hora de leer, antes de que sea tarde.
La canción que acompaña al vídeo es maravillosa, y eso es lo que le da caché. Por lo demás, estos días estoy en plan negativo sobre la especie humana. Ayer vi un vídeo en el que enterraban vivo a un disidente en Libia, mientras suplicaba por su vida recitando la profesión de fe del Islam ("No hay más Dios que Dios y Muhammad es su Profeta"), apelando a la poca piedad que en los corazones de aquellos hombres pudiese haber en virtud de su fe. Después de cosas com ésa, no puedo sonreír demasiado ante las supuestas grandezas de la inhumanidad.
ResponderEliminarPero bueno, ése no es el caso que nos ocupa.
La viñeta es muy grande, y me ha sacado una carcajada leve, pese a lo triste que en el fondo es. Tienes mucha razón, Luis. La gente debería leer. Defendamos ese valioso tesoro que tenemos antes de que podamos perderlo para siempre.
No he querido comentar el vídeo en sí porque no es la idea que tenía para esta entrada, pero a mí no me ha parecido muy feliz. Es decir: sí que refleja cosas buenas de este año, pero el hecho de buscar la sonrisa cuando está todo tan mal e ignorarlo no deja de ser un poco hipócrita.
EliminarSí, la vi en el periódico hace tiempo y era perfecta para ambientar esta entrada. A leer, ahí es donde te quiero ver.
¡Un saludo!
Me encuentro un poco dividida al respecto. Por una parte precisamente con la llegada de los ebooks parece que se está leyendo más que nunca, es una forma de comprar libros sin salir de casa, y los precios suelen ser algo más baratos (bueno, el tema tiene bastante controversia) que las ediciones en papel. Internet también nos acerca más información sobre las nuevas publicaciones.
ResponderEliminarPero por otra parte, a nivel nacional, parece que nos están cortando las alas con la educación y las subidas de las tasas universitarias, y entre eso y los precios de los libros no me sorprendería que el calor político comenzara a "quemar" los libros en un futuro no muy lejano. También, debido a las aficiones de muchos jóvenes, parece que les da alergia acercarse a algo con letras y sabiduría impregnada en sus páginas, pero por suerte no es el caso de todos.
Aún no me he pasado al e-book aunque algo me dice que no tardaré en hacerlo, precisamente por los precios que mantienen los libros impresos y ante los cuales me veo cada vez más impotente. Además ya me han dicho muchos que el e-book es muy cómodo.
EliminarLa verdad que podríamos alargarnos mucho comentando ese asunto. Parece que se está intentando alejar la educación de la ciudadanía, y la cultura creo que ya está lejos desde hace tiempo (siempre me ha impresionado el papel de la cultura en la vida diaria de Reino Unido por ejemplo). Por supuesto que muchos jóvenes siguen manteniendo un apego especial a los libros, pero deberíamos promover políticas más activas en este tema si no queremos perder esta cultura.
¡Gracias por tu aportación, Hisuin!