domingo, 2 de diciembre de 2012

La portada de periódico que más me ha marcado

Varias personas me han preguntado cuál es la noticia que más me ha impresionado de los últimos tiempos. Y es que recientemente no faltan noticias que conmuevan a uno: las portadas de los periódicos están plagadas de malas nuevas, para más inri, en letra gigante; y generalmente también la noticia que abre los titulares del telediario suele ser la peor del día (por cierto, es interesante comentar que un estudio que podéis ver comentado aquí analizó las noticias publicadas en diarios españoles de los últimos meses y llegó a la sorprendente conclusión de que las noticias buenas superaban a las malas. Ahí lo dejo, aunque mi impresión, como la de tantos otros, sea la contraria.)

La noticia que me resultó más impactante era efectivamente una de las malas, y una de las que aparecen en grande en la portada del periódico. En concreto, esta portada del diario Público fue la que más me ha conmovido y a día de hoy no consigo olvidarla:

Ahí está, 10 de febrero de 2012:

La noticia de la inhabilitación del famoso juez Baltasar Garzón ocasionó un gran revuelo, no solo en nuestras fronteras sino también más allá, porque es un jurista de fama internacional. De la noticia seguro que sabéis más que yo, y aunque tengo deseos de desarrollarla no es el momento. Me interesa más lo que representa esa portada y la actitud que me acompañó ese día.

Por supuesto que ese día me compré el periódico que os muestro. Una portada vacía y sin fondo, donde la noticia del ex-juez aparece centrada y de una forma que evoca más que la injusticia, la soledad de Garzón. Solo, como se ha quedado; o solo, como otros le abandonaron. Demasiado espacio para un único hombre, da igual cual sea su prestigio.

¿Pero qué transmite además esta portada? Que el solitario no es únicamente Garzón, también tú te has quedado más aislado, más desprotegido, más huérfano.

Junto a esa misma sensación me invadía a la vez otra de impotencia que fuertemente se entrelazaba a la primera pero, de alguna forma, estuve lejos de hundirme por esa mezcla negativa y opté por manifestarla silenciosa y desaforadamente. Antes de entrar al trabajo, en el autobús, fui leyendo el periódico de una forma que se viese claramente la portada, cual pancarta en una manifestación. Cuando andaba, llevaba el ejemplar bajo el brazo pero también mostrando el titular. En mi mesa de trabajo dejé el periódico extendido sin pudor ninguno, para que cualquiera que se acercase pudiese ver lo que a mí me pasaba por la cabeza ese día, sin importarme la opinión de mis superiores al respecto. En mi camino a casa seguí patrocinándolo de forma directa y también subliminal a todo aquél con quien me crucé.

No recuerdo nada más de ese día, es como si la noticia lo hubiese absorbido todo. Aquél día que perdimos a un filántropo, a un ejemplo de hombre de ley, nada más importa.

Por eso, a pesar de que muchas más desgracias han sobrevenido después de esta, a mí esta noticia es la que más me ha marcado, y en gran parte se debe a esa acertadísima primera página, trabajo de diseño ante el cual me quito el sombrero.

3 comentarios:

  1. Que no se olvide esto, que hombres con mayúscula los hay, que no se amedrentan con los abusos del poder y la tienen clara.

    PTB

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    1. Más claro no se puede decir.
      Una vez oí que a los genios sólo se les reconocía porque la ira de los ignorantes caía sobre ellos. Quizá este sea un buen ejemplo.

      Saludos!

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  2. "las noticias buenas superaban a las malas"
    ¡Bah! ¡Manipulación de la prensa! Todo el mundo lo sabe... >.>
    (¿Alguien lee aquí Canción de Hielo y Fuego? "Lo sabe todo el mundo")

    Una buena forma de mostrar solidaridad, sí señor. Bien hecho. Y gran frase la de tu respuesta. De la misma forma que a tí te conmovió ese titular, a mí me ha conmovido tu entrada. Así se hace.

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