Me parece interesante
escribir sobre cómo y qué se come en Irlanda, para disipar algunas teorías
preconcebidas que tengamos al respecto e intentar convenceros de que quizás no
es una dieta tan mala como pensamos. Para ello me basaré en una referencia
cercana, ya que en mi estancia de este verano en Dublín conviví con una mujer
que cocinaba para morirse de placer, lo cual creo que consiste en el ejemplo
más positivo que puedo dar a favor de la cocina irlandesa. Quizás haya
considerables variaciones entre la capital y otras zonas, tal y como ocurre en
España, pero eso queda fuera de mí constatarlo. También es cierto que los
precios tan altos cambian mucho el panorama gastronómico (siempre quedará la
opción de resistencia: ¡comprar en el Lidl!).
Hay una serie de
diferencias respecto a nuestra dieta tomando Dublín como referencia. La más
llamativa es que el pan no suele aparecer como un imprescindible en la mesa, y
es más común verlo como rebanadas de pan blanco que como barra de pan. En su
lugar, dos elementos habituales son la mantequilla y la patata cocida. Es común
que haya un remanente de patatas cocidas que se pueda sacar en otro momento si
no han sido utilizadas (a mí esta idea no me hace mucha gracia: yo me comía una
sola de estas patatas y ya estaba lleno).
Otra cosa que se echa de
menos, (o al menos yo lo sentí así) es el pescado. Resulta muy curioso como en
Dublín, una ciudad que tiene una hermosa bahía a la desembocadura del río
Liffey, no hay un gran entusiasmo en torno a la pescadería; mientras que todos
conocemos zonas que, por muy lejos que estén de ríos o mares, las familias se
abastecen bien de pescado. De cualquier forma, los platos de pescado no son
comunes, tampoco hay una gran variedad de especies y me dio la impresión de que
no lo saben cocinar muy bien; ya que las veces que lo probé (sólo una merluza y
un salmón) estaban tremendamente insulsos.
Por tanto, ¿que nos
queda? Pues verdura y carne, toda la que usted quiera. La verdura muchas veces
es congelada, aunque eso depende de la inversión que quieras hacer en la
compra; pero generalmente, comas donde comas, suele ser de carácter muy variado,
aunque simplemente sea de guarnición. Algo parecido ocurre con la carne, donde
es verdad que puedes encontrar cosas muy sabrosas, como los guisos de ternera
que son típicos de la región. También son muy frecuentes las sopas como primero, muy densas al estar repletas de fragmentos de hortalizas, carne o pescado; así como los purés.
Y los postres, toda la fruta, lácteos y cosas de alto contenido azucarado que puedas imaginar.
Y los postres, toda la fruta, lácteos y cosas de alto contenido azucarado que puedas imaginar.
También convendría
comentar la organización de las comidas:
- Desayuno: aquí estamos ante el típico desayuno inglés que todos hem os visto en los hoteles. Té o café es la decisión a tomar antes de encontrarse con zumo, cereales, bacon, huevo escalfado o frito, tomate, salchichas… Bueno, ya sabéis. Como opinión personal a mí me encanta esta forma de desayunar porque pienso que es muy sabroso para empezar el día, que aporta mucha energía para toda la mañana (y más teniendo en cuenta que en Dublín se suele trabajar de 9 a 17 h y el rato del almuerzo es justito) aunque, también hay que decirlo, no puede ser muy sano hacerlo todos los días.
- Almuerzo: es la parte más oscura para mí, que solía almorzar fuera de casa. Aunque por lo que tengo entendido, los irlandeses prefieren comer poco a esta hora (influido por el horario laboral que he comentado antes) y muchos eligen un sándwich completo con piezas de fruta para postre. Suelen tomarse un té/café con pasta y galletas cuando salen de trabajar.
- Cena: normalmente aquí se cena en más cantidad, aunque para nosotros esto sería la fusión de una merienda y una cena porque suele ocurrir a eso de las 6-7 de la tarde. A mí esta idea me vuelve a parecer genial, porque las horas siguientes las puedes aprovechar para irte a dar una vuelta, al pub o disfrutar plenamente de tu familia.
- Aunque… yo pensaba que cenando a esa hora se acostarían bastante pronto. Cuando vi que no era necesariamente así, no pude evitar preguntarme ¿pero no les entra el hambre hasta las 11-12 que se acuestan? Bueno, a veces sí. Y lo que hacen es recurrir de nuevo al truco del café/té con pastas y galletas.
En resumen: un punto
positivo para unos horarios de comidas muy adaptados a la vida laboral, que
permiten aprovechar el resto del día. En cuanto a la variedad de la comida,
está más limitada que la nuestra, pero me parece muy importante la gran
cantidad de verduras y hortalizas que incorporan a la dieta y que
indudablemente me hace considerar que comen más sano de lo que parece.
Qué suerte que hayas podido degustar comida típica irlandesa :)
ResponderEliminarA mí también me extrañó mucho lo del pescado =.= Y el hecho de que si lo comen, mejor que sea frito...
También tienen bastantes sopas no?
Gran artículo :) Saludos!
Cierto, lo de la sopa se me pasó por alto, igual retoco un poco el artículo.
EliminarGracias por la observación y por tu interés Hisuin!