Definitivamente, hay que ir a Irlanda para entender bien qué es un pub
irlandés. Voy a hablar desde el sentimiento, pero también con gran parte de
realismo, mientras escucho un delicioso CD con música de Temple Bar que traje
de Dublín.
En nuestro entorno, se han vuelto muy frecuentes, es fácil encontrar al
menos uno en cada ciudad. Sin embargo, estos irlandeses locales tienen poco de
aquellos a los que emulan. De hecho, sólo se parecen en la decoración y en la
variedad de bebidas que ofrecen. Pero el espíritu irlandés no está ni en las
letras del cartel.
En cambio, paseando por las calles de la casi-perennemente-lluviosa Dublín,
cuando llegas a la sempiterna zona de Temple Bar, te das cuenta de que en el
ambiente hay algo mágico, que los Irish Pub brillan con luz propia, y que de
ellos emana alegría fundida con música en directo. Y de hecho, éste es uno de
los mayores alicientes de los Irish Pub: entrar y encontrarte con músicos que
son capaces de tejer maravillosas melodías teniendo además una capacidad
inusitada de conectar con el público –habitual o no- de tal forma que coree y
se sienta más internalizado en la canción que las propias cuerdas de las
guitarras. Entre canción y canción, los músicos aprovechan para dar un trago a
la cerveza o lanzar un par de chistes impersonales a la audiencia. Y no se les
agota la energía en ningún momento. La Live Music es impresionante, de verdad. (Ya sé que en algunos irlandeses de aquí también se hace algunos días, pero creo no equivocarme diciendo que no hay color comparada con lo que se puede ver allí)
Y es que la cultura de la música en Irlanda es algo fascinante para
cualquiera que aprecie la buena música. Ya no hablo solo de los pubs, en los
cuales se da oportunidad a mucha gente para darse a conocer. Por las calles te
puedes encontrar músicos callejeros… pero no a cualquiera, ¿eh? Esto no es como
aquí, que sale un desaliñado a tocar tres notas con un txistu; en Dublín toda
la gente que toca en la calle parece estar especialmente preparada para
hacerlo. Y cualquier estilo lo clavan, menuda variedad. Me sorprendí desde que veía valientes violinistas solistas hasta verdaderas bandas de seis componentes
tocando a la perfección y sin ninguna preocupación. Cuando te encuentras una arpista tocando un arpa
enorme en una esquina ya te enamoras. En su mayoría estos músicos son gente
joven que ponen mucho empeño a lo que hacen, que han grabado una modesta pero
seguramente nada despreciable maqueta que venden apoyada en la funda de
guitarra, donde también esperan ganarse algunos euros que les dignifiquen el
delicioso trabajo que le dan a tus oídos. Se te hace difícil negarles alguna
moneda.
No obstante la Live Music no lo es todo en los pubs: no están tocando en
directo a todas horas, ni en todos tiene porqué haberla. También se destila en un pub irlandés cierto carácter
social, aunque esto quizás también tenga más que ver con la personalidad
irlandesa. Merece la pena ver cómo dentro del pub los clientes se relajan, se
olvidan de sus problemas, conectan con la totalidad del bar y se centran solo
en lo que ocurre ahí dentro.
Cualquier trato con ellos, colateral o
intencionado, es siempre envidiablemente amable. Las sonrisas, la cordialidad y
el sentido de una humanidad unida se pueden encontrar por doquier. Al fin y al
cabo, quizá para construir un pub irlandés este tipo de conceptos sea más
importante que la propia decoración.
Totalmente de acuerdo señorito Luis! Ninguna duda de que no tienen nada que ver! VIVA IRELAND!
ResponderEliminarGracias Bati, me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarOf course, Go Ireland!
Me encanta reconocer a cada uno de los músicos callejeros que has nombrado. Buen trabajo.
ResponderEliminar¡Qué sorpresa verte, Judith! ¡Gracias! Los músicos callejeros se me han grabado a fuego, había que haberse traído a más de uno...
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