Siento una especial
antipatía (por no decir otra cosa) hacia el señor José Ignacio Wert, actual ministro de Educación, Cultura
y Deporte. Por todo lo que está haciendo y lo que tiene pretendido hacer con la
educación pública que tanto se esfuerza por educar a este país. La lista de
pretensiones es tan larga que tendría que dedicar una entrada entera. Pero hoy
me voy a centrar en una medida que se le ha ocurrido a él y a su ministerio, y
que es realmente catastrófica a mis ojos.
Resulta que la nueva
propuesta es impedir que los alumnos puedan obtener el título de la ESO a partir
del Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). Todos hemos oído de
la PCPI aunque no la hayamos hecho: se trata de aquellos cursos de preparación
paralelos a la educación reglada que permiten a los chavales que han dejado la
ESO por múltiples motivos volver al sistema educativo.
La PCPI ha cambiado mucho
en su concepción a lo largo de las últimas reformas, pero con la última es como
mejor había quedado. Recoge a los alumnos mayores de 15 años que aún no se
sacaron el título de ESO. Es una formación multidisciplinar, enfocada al mercado
laboral mediante un perfil técnico obligatorio pero que también permite
profundizar en los conocimientos de la ESO que se dejaron de lado si se cursan
módulos académicos opcionales. Así, cursándola ahora, los chicos pueden obtener
si la superan una certificación de las competencias desarrolladas, y también:
A) Una Cualificación
Profesional de Nivel 1.
B) Posibilita la
obtención del Título de Graduado en ESO, con lo que permite el acceso directo a
la Formación Profesional de Grado Medio o al Bachillerato.
Pues bien, la actual
propuesta es eliminar el punto B.
¿¿Cómo??
Pues como lo lees. Si
esta propuesta sale adelante, los chicos harán el programa de la PCPI pero sólo
obtendrán una Cualificación Profesional de Nivel 1. No podrán completar la ESO,
lo cual era el sentido más importante de este recorrido. Si quieren ir a la FP
de grado medio, tendrán que hacer la prueba de acceso.
Es normal que muchas
familias hayan puesto el grito en el cielo al percibir esta propuesta. Los
adolescentes, y todos los que hemos pasado por esa etapa lo sabemos, se
encuentran ante una edad difícil rodeada de no pocos baches. Cambia su
concepción acerca de la percepción del mundo, de la responsabilidad. Las
compañías y los romances te hacen pensar y descubrir más de la vida adulta.
Algunos lo ven todo de otra forma, ven que estudiar es un rollo y que no pueden
con ello, y que podrían estar ya ganando dinero de una vez. Las disputas
familiares crecen y no ayudan a los adolescentes.
Algunos dejan los estudios
y se buscan un trabajillo. Al principio suele estar bien, los jefes son un poco
duros y las jornadas son largas, pero les pagan. Se puede tener suerte y
encontrar el trabajo de tu vida y adquirir experiencia. Pero no son pocos los
que lo pasan mal, se arrepienten y deciden que la ESO no era para tanto, y que
por un poco más se podrían haber cualificado para un puesto mejor. La PCPI se
muestra entonces como una opción muy a tener en cuenta. Como dato, en el curso
2011-2012, 82.939 alumnos se apuntaron a la PCPI (El País, martes 4 de
septiembre de 2012). Antes podían volver sin ningún problema a lo que
abandonaron, este programa PCPI es una maravilla. Ahora puede no serlo en
absoluto.
A menos que la propuesta
se modifique, esto es lo que ocurrirá. Según el ministerio: “la PCPI ya no
tendrá como objetivo sacarse la ESO, sino preparar al alumno hacia el mercado
laboral con un mínimo de cualificación profesional”. La PCPI perderá así su
mayor atractivo y sólo servirá para sacarse la Cualificación Profesional Nivel
1 (que todo hay que decirlo, ¿realmente supone mucha diferencia a no tener
cualificación alguna? Ni siquiera es una FP de grado medio). Esos alumnos que
en día dijeron hasta luego a la ESO habrán dicho en realidad adiós, estarán
expulsados del sistema educativo.
¿Por qué destrozar aún más la vida de adolescentes y sus familias? ¿Por qué negarles a reengancharse más tarde para poder obtener la ESO y cualificaciones superiores? Todo el mundo puede tener un accidente o cometer un error en una época turbulenta de su vida como lo es la adolescencia. ¿Eso no merece una segunda oportunidad? Nadie que lo haya vivido de cerca lo dudaría. Ni tampoco los que lo entendemos.
Me da la sensación de que cuanto más tocan el sistema educativo, peor es. Y encima el acceso a la cultura es cada vez más caro. Creo que en realidad lo que se pretende es conseguir que cada vez pensemos menos.
ResponderEliminarUn kiss
Rocío
http://elclosetderocio.blogspot.com
El problema es que como lo tocan cada vez que cambia un ministro, nunca podemos saber cómo funciona el sistema educativo, porque no hay ni un niño que lo haya recorrido desde que empieza hasta el final.
EliminarAdemás yo creo que nos educan para consumir y ya está.