sábado, 13 de abril de 2013

La otra forma de disfrutar de la cultura

Como bien dijo una amiga en su blog, los textos de clase de Inglés pueden dar para pensar mucho sobre otras cosas que no son el propio idioma. Esta entrada está inspirada por la idea que desarrollaba uno que analizamos en clase esta semana pasada.

El escritor hablaba sobre un concierto de música clásica que le habían recomendado encarecidamente, pero que no pudo disfrutar pese a que pagó su entrada. ¿Por qué? Porque delante suyo había una entrañable familia que no dejaba de hacer ruido y de moverse en sus sillas, y eso le molestó enormemente. En medio de su ira por no poder concentrarse en la música, acabó por dar una patada al respaldo delantero, pero la familia dicharachera ni se inmutó.

La amarga experiencia hacía reflexionar al escritor sobre cuál era el motivo que explicase que conductas que debían ser reprimidas al estar en sociedad, y especialmente al disfrutar de actos culturales, fuesen en aumento en las últimas décadas. La conclusión que él sacaba señalaba muy interesantemente a la amplia disponibilidad de la cultura hoy en día.


No deja de tener algo de razón. Hoy en día, cualquiera de nosotros puede disfrutar del concierto que más le guste en decenas de versiones distintas y en cualquier momento del día. En el coche, en la ducha, mientras escribe mails... puede disfrutar de algo que no era para nada tan accesible no hace mucho tiempo. Y pocas veces uno se sienta a escuchar de forma que esté totalmente concentrado en la audición, sin otras cosas entre manos. Es probable que sea esta reconfortante sensación de la ubicuidad de la cultura la que hace que no demos tanta importancia al acto en directo en sí y que incluso nos distraigamos y distraigamos a los demás en plena actuación. 

El escritor, seguramente todavía enfadado, acaba diciendo que no era que hubiésemos olvidado cómo escuchar, es que ni siquiera habíamos aprendido a hacerlo.

Sin duda se pueden hacer muchas críticas a esta opinión - quién va a dudar de que la amplia disponibilidad de la cultura pueda ser negativa, o que aquella formalidad de ir a la ópera era excesiva - pero habría que conceder razón a que el hecho de que podamos disfrutar de la cultura por doquier ha hecho que para nosotros tenga menos valor, y la sociedad así lo acabe reflejando en algunas facetas. 

Así que ya sabéis, la próxima vez que vayamos a una obra de teatro, un musical o similares, esforcémonos por disfrutar y dejemos también disfrutar a otros. La cultura lo merece, y la sociedad que creamos, también. 


14 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con esta visión. Es importante gozar, por supuesto, de una amplia oferta cultural hoy en día, ya que poder disponer de muchos más medios que nos acerquen a ella es un lujo que no hemos de desaprovechar. Sin embargo, como bien decía ese señor y tú comentas, no debemos llegar al extremo de que esta oferta tan grande de cultura y oportunidades nos impida prestar la atención que merece cada elemento y momento individual.

    La música, por ejemplo, claro que es lícito su uso para simple entretenimiento y para hacer de alguna tarea más aburrida o demasiado cotidiana algo más llevadero y rítmico pero, como todo, hay canciones, letras, artistas que no pueden condenarse a hacer un dúo con nuestra vida, sino a convertirse, por unos instantes, en la única melodía que la llene, sin más distracciones.
    Todo ello pasa, también, con demás artes y asuntos culturales.

    Claro que no estoy en contra de cantar en la ducha, de usar los cascos mientras lees un artículo pero... ¿realmente se absorbe el contenido como se debe cuando el cerebro también trabaja para desentrañar las notas armónicas que nos vocifera el iPod? ¿Nos empapamos al cien por cien cuando tenemos la cabeza en varias cosas?

    Hay momentos, personas, libros, canciones, noticias, imágenes..., que nos están llamando a gritos, porque aunque no se hicieron para transformarse en nuestra única razón de ser durante unos minutos, no está de más que pongamos el suficiente entusiasmo en empaparnos de ellas porque, solo así, descifraremos de verdad el mensaje que ocultan.

    Cuando hablamos con otra persona de algo importante, algo crucial, no queremos que nada nos interrumpa y, aunque en el café de la esquina suene pop y arriba esté cantando nuestra hermana mientras se baña, no nos importa nada más que lo que el que tenemos enfrente nos cuenta. Solo si nos llega al completo tendrá verdadero significado. Así es el arte. Así, es la música, la cultura misma.

    No sé si los ejemplos son los más acertados, puesto que tampoco estoy muy fresco ahora mismo de ideas. Lo único importante es, al menos, que mi mensaje llegue "al completo" también a vosotros y, en especial, a ti...

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    1. Para no estar fresco haces una aportación interesante, jej. Por supuesto que me llega, y llega a todos los que nos leen.

      Me gusta esa idea de que la cultura requiere que dediquemos un momento a entregarnos por completo a ella, como lo podemos hacer con otras tareas. Pienso que a veces hasta somos un poco "desagradecidos" en ese sentido respecto a las personas que nos han aportado esas magníficas creaciones cuando las banalizamos hasta tal punto.

      Y como bien dices, a veces hay que prestar atención total para captar el mensaje. ¿Estaría bien leer El Señor de las Moscas sin hacer una profunda reflexión, leerlo simplemente como un libro más? ¿O mirar las Meninas para contarlo? Así es...

      ¡Gracias Miguel, un saludo!

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    2. ¿Qué es de ti? Recuerdas que dijimos que no queríamos entrar en perder el contacto y creo que es lo que está pasando. A mí me da bastante pena, la verdad. Me siento identificado contigo en muchas cosas, aunque no lo creas. Disfruto mucho cuando intercambiamos mensajes. Supongo que ya lo irás intuyendo tú eso jaja.

      Sé que no tienes todo el tiempo que quisieras, pero al menos explícame un poco esto, ¿no?

      O por aquí, o por Goodreads, como prefieras.

      Gracias, Luis.

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    3. Cierto, estoy muy desaparecido últimamente, llevaba más días de los que me gusta sin actualizar. Me voy a poner al día con todo y contigo también.

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  2. Yo creo que cada persona disfruta de la cultura a su manera y me parece fantástico. Precisamente, por la amplia oferta, que ya no está restringida a tan solo unos pocos, tenemos la posibilidad de dedicar el tiempo y la atención que nos da la gana.

    El problema es que la mayoría no presta la atención que debería y, lo que realmente me parece fatídico; muchos tienen tan poco interés que no son capaces de comprender la importancia que supone para otros, culminando, a veces, en un acto absoluto de INcultura y mala educación, impidendo que los que realmente están interesados puedan disfrutar de su dosis de cultura.

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    1. Efectivamente, la difusión de la cultura ha contribuido mucho a enriquecer a la sociedad. No sé si a lo que comentas de no dejar disfrutar lo llamaría INcultura o ANTIcultura, fíjate lo que te digo.

      No dejemos de aportar nuestro granito de arena personal a mejorar el disfrute de la cultura, con esperanza de dar la vuelta a todo esto. Y ya sé que tú lo haces bien ;)

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  3. Luis, sin duda estás en lo cierto... Estamos acostumbrados a realizar varias tareas a la vez. Por ese camino, nunca desarrollaremos -al máximo- nuestro potencial. Saludos, Ann@

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    1. La multitarea es un ejemplo de hacer muchas cosas pero poco de cada cosa. Efectivamente, enfocar bien la vida hace que el rendimiento aumente y seamos capaces de hacer cosas prodigiosas. Me alegra que coincidamos.

      ¡Gracias Anna!

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  4. Por una parte tienes toda la razón, podemos acceder a toda la cultura que queramos, verla/oírla/sentirla como queramos, y con el ritmo que llevamos hoy día apenas nos paramos a disfrutar de algo tranquilamente, tenemos demasiado alrededor. Sin embargo, atribuiría más la actitud de la familia a una falta de respeto sin más, cada vez más frecuente, y no tanto en relación con lo anterior. Al hecho de que cada uno puede hacer lo que quiera, aunque implique pisotear al prójimo.

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    1. Sí, ese enfoque también lo tenía en mente, pero por no alargar mucho esto y perder el rumbo de la idea no lo he incluido. Hay mucho de mala educación en esto a la hora de asistir a actos multitudinarios, cierto es, ahí habría que estudiar aquello de donde acaba la libertad de uno y empieza la del otro.
      Sin duda llevas razón.

      ¡Saludos!

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  5. ¿Esto de las decisiones no fue también motivo de una entrada tuya?

    " la amplia disponibilidad de la cultura hoy en día."
    ¿Pero no era que con los recortes eso se iba a acabar? xD Si va a resultar que lo que quiere el PP es recuperar los valores que la sociedad ha perdido...

    Bah, no voy a entrar en inútiles debates éticos y sociológicos (e inclusive filosóficos) sobre todo este asunto, básicamente porque tampoco vienen a cuento. Simplemente señalo que tienes razón.

    No dejaré, no obstante, de resaltar lo absurdo del ser humano. Esto sucedió en un concierto DE MÚSICA CLÁSICA, lo cual automáticamente, por cierto, todos asociamos con Cultura (con mayúscula). Parémonos a pensar en qué opinión hubiésemos tenido de esa familia hubiera estado presente en un concierto de un artista pop, rock, metal, rap, etc. aquéllo que conocemos como "ocio" (parte de la cultura, y no de la Cultura; ¿y por qué?; bueno, eso es otra historia y daría para páginas enteras). ¿Habrían sido mal vistos? Probablemente el cronista habría criticado que permaneciesen quietos en el sitio, sin moverse, ni gritar, ni agitar sus extremidades, ni levantar mecheros, ni corear las canciones, ni todas esas cosas que todos acostumbramos a ver en un concierto de este tipo.

    Insisto en que esto no guarda relación con el tema, en principio. Tu entrada versa sobre el respeto. Yo, como en eso estoy de acuerdo, me he salido del tema y me he ido a la cuestión de "¿pero qué se entiende por respeto, es decir, qué es aquello que debemos respetar y de qué manera?". Porque me parece interesante y divertido :D

    Hale, ahí lo dejo, que la gente se coma el coco.

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    1. Alguna vez he hablado de las decisiones, pero no caigo a qué estás haciendo referencia exactamente...

      Yo también lloro por la cultura y los recortes. Resistamos.

      Has dado un giro interesante. Es verdad que puso música clásica y es un ejemplo muy particular, quizás con otros no funcionase igual. Pero yo creo que el ejemplo es aplicable de todas formas, en otra serie de conciertos más movidos el ambiente de falta de respeto puede obligarte hasta a marcharte por mucho que te guste estar allí.

      Gracias por tus visitas siempre tan completas.

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  6. ¡Anda, una referencia a mi blog, gracias!
    Me ha gustado mucho el post. Realmente tenemos tantas cosas en la cabeza, que casi no nos permitimos estar al 100% en actos de este tipo.
    Yo lo que hago es anotarme en un cuadernito las tareas pendientes, así disfrutar del concierto (o de dónde esté), y luego ya repasar la lista de cosas que hacer.
    Hay que intentar disfrutar de cada segundo de nuestro tiempo, no sabemos cuando se va a acabar.
    ¡Un saludo!

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    1. Era obligado hacerte alguna referencia, y me das juego a hacerte muchas más con tu blog.

      Me encanta la idea del cuaderno. Me recuerdas a mí, que cuando viajo también me gusta anotar lo que voy haciendo día a día, como una bitácora. Estoy seguro de que tú disfrutas cada segundo al máximo, y mira que haces cosas.
      Y no digas eso, nos queda muchísimo tiempo para disfrutar...

      ¡Saludos, Sara!

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