miércoles, 30 de enero de 2013

¿Urgente o importante?

A la hora de planificarse y tomar decisiones, hay un planteamiento interesante que deberíais tener en cuenta y que puede ayudaros mucho. Al menos a mí me resulta muy útil. Se puede resumir en una simple frase:

Urgente e importante no siempre van de la mano

No es una idea intuitiva, de hecho, puede sonar hasta paradójica al principio. Sin embargo, si se pone suficiente empeño, es posible distinguir el grado de importancia del grado de urgencia de nuestras tareas a acometer, y esto constituye un paso clave de cara a configurar la agenda. La planificación es importante, pero también evidentemente lo es llevarla a cabo dentro de lo establecido.

Aquí tenéis un diagrama que muestra como podéis organizaros en base a lo que aprendéis con esta lección. Es sólo orientativo, cada uno decide cómo actuar con sus responsabilidades.


La única opción que cambiaría sería la C. No todos tenemos alguien en quien delegar nuestras acciones, por lo que la sustituiría por un "Hazlo más tarde".

Esta forma de pensar y su representación recibe el nombre de Matriz Eisenhower. Se dice que el presidente de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower dijo una vez "Las decisiones más urgentes rara vez son las más importantes" y se consideraba todo un experto en la gestión del tiempo.

No viene mal que aprendamos un poco de él, nos evitaríamos jornadas frenéticas. Espero que lo encontréis interesante.

Podéis encontrar más ejemplos de este tipo en 
"El pequeño libro de las grandes decisiones" M. Krogerus y R. Tschäppeler

domingo, 27 de enero de 2013

La idea de Luna

Os dejo una historia encantadora y muy actual, narrada de una forma deliciosa por la guionista Alicia Luna (ver fuente aquí)


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Hola, soy Luna.                                                 Y estos son mis amigos

Y estoy aquí porque se me ha ocurrido una idea. Se la he contado a mi amiga Lucía que vive en Grecia y ella a todos sus amigos. Luego se la he contado a mi prima Lourdes que vive en Portugal y ella a todos sus amigos. Y ella se la ha contado a su amiga Nucia que vive en Italia, que también se la ha contado a todos sus amigos, y Nucia a su hermana Leire que vive en Irlanda con su padre, que también ha ido corriendo a contársela a sus amigos.
La idea es que nos quedemos quietos porque no nos gusta lo que está pasando en el mundo. Pero quietos, quietos. Cinco días quietos. Ni uno más ni uno menos. A todos les ha parecido buena idea y nos hemos quedado todos, todos... una, dos, tres y... ¡quietos!
Y entonces ha venido a verme un señor muy formal con traje y una tarjeta de un Banco que me ha dado una palmadita en la espalda y me ha dicho que si le digo a todos mis amigos y a los amigos de mis amigos que vuelvan a sus quehaceres me hace un super regalo. Yo le he preguntando a mis amigos si cojo el regalo y todos me han dicho ¡¡Noooooo!! El señor se ha enfadado un poco, ha fruncido el ceño, ha cerrado el puño como amenazándome y se ha ido. Luego han venido dos señores muy formales, también con traje y muy sonrientes. Me han enseñado una tarjeta donde decía Comisión Europea y me han invitado a ir a Bruselas con ellos para hablarle a todos los hombres formales con traje que trabajan con ellos. Les he preguntado a mis amigos: ¿Voy? Y todos se han quedado pensativos, pero al momento me han contestado que sí, que vayamos. Al oír esto los dos hombres formales con traje y sonrientes han tragado saliva dos veces.
Hemos decidido ir todos juntos con los dos señores tan formales a Bruselas. No parecen muy contentos. Se les ha subido y bajado la nuez en la garganta dos veces. Nosotros todos ya estamos caminando desde Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. Y por el camino se nos han unido otros amigos de Francia, Bélgica y ese país que dicen que es tan pequeño tan pequeño que cuando buscas aparcamiento cruzas la frontera. Liechtenstein, me sopla mi amiga Sofía que siempre se lo sabe todo.
Cuando hemos llegado a Bruselas todos los señores formales con traje estaban esperando a que yo les explicara lo que queríamos, pero yo no llegaba a la tribuna, así que han tenido que traerme una banqueta. Y ahora sí. Ya les veo a todos. Y les he preguntado si eran ellos los políticos. Todos, todos han empezado a mirarse los unos a los otros y uno ha dicho: "Eso dicen". Y yo les he preguntado que si entonces eran ellos los que habían cerrado hospitales, echado a nuestros maestros, subido los impuestos y los que habían conseguido que mi padre no tuviera trabajo y mi madre no parara de hacer cosas aquí y allá para poder pagar el agua y la luz y que mi abuela pagara con su pensión nuestra hipoteca para que no nos echaran de casa. Entonces ellos han vuelto a mirarse los unos a los otros y de repente todos, todos, han señalado a dos de ellos que estaban sentados a un lado y tenían el logotipo de un banco en la solapa de sus trajes. Y estos, que solo eran dos, han cerrado el puño, fruncido el ceño y amenazado a todos los políticos. Así que les he preguntado a todos los demás que por qué les tenían miedo si solo eran dos. Y entonces los dos hombres de traje con logo de banco en la solapa han venido hacia mí con el ceño fruncido y todos mis amigos y los amigos de mis amigos que estaban fuera han entrado por las puertas, las ventanas y las paredes y se ha organizado un lío que cuando mi madre se entere nos deja a todos sin dibujos el finde. Pero es que mi madre, que siempre se entera de todo, ya estaba allí entre toda la gente y ha agarrado de los pelos a una mujer rubia y gordita de traje azul que decía cosas como "¡yo no quería! ¡ellos me obligaron!"
Total, que el padre de mi prima Lourdes ha vuelto a enseñar en la Escuela en la que trabajaba, mi madre ya puede tener vida y con un solo trabajo paga todas nuestras facturas y los findes se sienta a ver los dibujos con nosotros. Mi abuela se gasta su pensión en sus medicinas y como le sobra dinero nos hace regalos, así que han vuelto a abrir la tienda de chuches de la esquina. Y todos todos mis amigos y los amigos de mis amigos hemos vuelto a nuestros quehaceres. Y los señores tan formales de la Comisión Europea están al cuidado de que los señores del traje con el logo del banco en la solapa no salgan de la cárcel y me dicen que la señora gordita de azul y los pelos rubios sigue diciendo "¡yo no quería! ¡ellos me obligaron!" desde su celda de un hospital psiquiátrico.
Y colorín colorado este cuento del futuro cercano que me he inventado ya se ha terminado.
(Mi pequeño homenaje a Quino y su viñeta "Mamá ¿qué harías vos si vivieras?")
FIN                               
                                                                                                       " La idea de Luna" por Alicia Luna, Huffington Post, 26 de Octubre de 2012

Espero que como yo hayáis disfrutado de una amena lectura que nos enseña que las cosas pueden ser muy simples, si quisiésemos. Igual es que hay que volver a pensar como Luna.

viernes, 25 de enero de 2013

La ciudadela



La ciudadela
A. J. Cronin
Plaza & Janés

Hoy voy a describir aquí un libro del que quizá no hayáis oído hablar, pero que para mí constituye una historia colosal.

Este libro, que cayó en mis manos por una simple casualidad, me ha llegó a sorprender demasiado. No me voy a centrar en cómo está escrito, sino únicamente enfocaré hacia la trama. Y es que me invadió una sensación agradable al recorrer estas páginas, sin poder aguardar a leer el párrafo que seguía.

Siempre había querido leer algo así. 

Ambientado hace poco menos de un siglo, La Ciudadela describe los deseos de un joven médico que, acabada la carrera, se lanza a buscar trabajo en distintos ambientes, desde rurales hasta potentemente urbanos, donde pueda desempeñar al máximo su destreza, que de entrada, es más bien nula porque todo lo que sabe es teórico. Sin embargo, ya desde sus primeros pasos, el principiante dr. Manson se da cuenta que el sistema médico en el que se ve envuelto está corrupto a más no poder, y que los practicantes miran más por el dinero que por la salud de sus pacientes.


Esta es la historia de cómo un sólo hombre intenta hacer frente a algo demasiado grande. Hay muchas sorpresas, pero no os puedo decir nada más sin desvelar grandes acontecimientos de la trama.


El buen sabor que me deja el libro es debido a que describe una historia que a todo el mundo se le ha ocurrido alguna vez. Es la lucha contra la impotencia, la pelea del dinero contra la perseverancia, el intento de hacer algo más humano donde los que están allí hace tiempo que perdieron toda humanidad. No todo el libro es así, y también hay sitio para desarrollar profundos sentimientos y comentar alguna noción médica interesante.


Sin duda es un libro que pienso releer. Siento no poder sacarle fallos, me ha conmovido.



lunes, 21 de enero de 2013

Los sobrecogedores

El Bárcenas-Gate perfila ya todos los elementos que no pueden faltar en una trama corrupta de envergadura. Apenas llevamos cinco días de escándalo, pero ya tenemos cuentas en Suiza, uso de la amnistía fiscal de Montoro, un señor que ya no es del PP pero recibe trato excelente de ellos y sigue disfrutando de los privilegios, 22 millones de euros, un despacho en Génova, un campo de limones de una dimensión de 3 veces la ciudad de Barcelona... 

Pero, por si quedara poco, Bárcenas declara que ha habido una financiación de dinero en B a dirigentes del Partido Popular durante unos 20 años, a la vez que empiezan a surgir clamores y testimonios que lo apoyan y que van en aumento. De ser cierto, numerosos sobres conteniendo cantidades de 5.000, 10.000 o 15.000 euros irían a parar a la mano de muchos integrantes del partido, de una forma mucho más cómoda que tener que declararlos a Hacienda. Dinero para llevárselo puesto. (No me deja de sorprender que ahora se le llame dinero en B, cuando de toda la vida es dinero negro. ¿Les sonará muy mal a los dirigentes llamarlo dinero negro?)

Y yo pienso...

Esta trama de los sobrecogedores, los sobrepagadores, el meconsta/nomeconsta, el pilla-pilla en Génova, la vida de un ex-tesorero con 22 millones de euros en sus cuentas (que, dicho en antiguo, ¡son 3.500 millones de pesetas! A saber qué hay que hacer en vida para recolectar eso...) y el amor por los montes de Suiza y los limones de Argentina... 

Toda esta película que suena a ciencia-ficción, tiene demasiado de realidad. Ya ha pasado muchas más veces ante nuestros atónitos ojos. Y ya es el colmo, oiga.

Esta casta vampírico-política, que hinca sus dientes más fuerte si puede sacar más dinero, y que ya que saca billetes le da alguno también a los compañeros, se tiene que acabar. Esto daña al contribuyente, al ciudadano, si lo prefieren. Daña a la política, a la imagen del país, a la esperanza y vaya a saber usted que más cosas, pero por extensión diré que daña a todo. Y estamos ya todos muy dañados con esta crisis como para que encima tengamos que enterarnos de estas corruptelas.


Y esto es grave. Decía Edmund Burke que "en un pueblo en el que se ha generalizado la corrupción, la libertad ya no puede existir". Yo no me lo quiero creer, yo no quiero ser esclavo de los sobrecogedores, de los EREs, del Urdangarín, de Camps, o de tantos otros casos flagrantes que pueblan nuestras altas esferas. Si tenemos que ser esclavos, seámoslo de nuestra humildad, aunque vivamos en la miseria.


Por eso le pido a los jueces, a los periodistas, a los políticos honrados que aún queden, a la policía y a quien me quiera escuchar que juntos denunciemos y paremos este avance disparatado de la corrupción. Este mal el peor de los males públicos, este mal que parece no querer cicatrizar todavía y quizás amenace con extenderse más a nuestras espaldas, debe enterarse de que vamos a poner todo lo que haga falta para frenarlo.

Quiero pediros que nos comprometamos a esto:

¡BASTA YA DE CORRUPCIÓN!


domingo, 20 de enero de 2013

La ciencia es una cosa, el cientificismo es otra



La ciencia es una herramienta práctica y universal.

- Lo que la hace tan práctica es que ha probado que es posible comprobar fenómenos a base de pasos que son demostrables. Cualquier pretensión científica, por compleja que parezca, puede descomponerse y analizarse paso a paso, pues las bases se sustentan en todo momento en pruebas.

- Esa capacidad de ser reproducible y contrastable ha dado lugar a su universalización. Si uno quiere analizar lo mismo que describe otro estudio científico y dispone de los mismos materiales puede demostrarlo por sí mismo, donde quiera que se encuentre. Así mismo, lo que él descubra puede ser contrastado en otro sitio siguiendo el mismo proceso descrito por su autor.

El auge de las ciencias que hoy conocemos como ciencias modernas, ha dado un vuelco a nuestro modo de entender y explicar el mundo. Los avances derivados de las ciencias han sido, son y seguirán siendo impresionantes y tienen una importancia creciente en el progreso y bienestar de la humanidad en la medida en la que ayudan a mejorar nuestros problemas.

Dentro de las consideradas ciencias modernas se engloban en dos grandes bloques: las formales (lógica y matemáticas) y las empíricas. Estas últimas se dividen en las que estudian la naturaleza (físicas, biológicas...) y en las ciencias sociales (economía, sociología, historia...)

¿Por qué cuento esto? A mí me gusta la ciencia como proceso para encontrar solución a nuestros problemas, y como método de pensar en algunas ocasiones, como me veréis defender en este espacio. Sin embargo, creer que las ciencias modernas, debido a su carácter en el que todo se prueba, es el único método válido para explicarlo todo es un error que se explica por sí solo.

Creer que la ciencia puede dar respuesta a todas nuestras preguntas, creer eso no es una respuesta seria. Implicaría decir que no tenemos nada que aprender de la filosofía o del arte.
O del campo de las emociones.

Por ello quiero dejar claro, ahora y para posteriores reflexiones, que aunque la ciencia sea una herramienta llamativa y poderosa, reducir todo conocimiento al saber científico recibe un nombre: cientificismo.

Y el cientificismo, para mí, no es nada positivo, pues la realidad se puede concebir y explicar de muchas otras formas, así como habrá otras formas de sentir realidades que jamás se explicarán de forma científica. Esa es otra de las maravillas de la riqueza de la pluralidad que está tan presente en tantos ámbitos de nuestra vida.

Tengamos muy en cuenta a la ciencia, pero conviene recordar que no es única y omnipotente, sino que es una pieza más para comprender y disfrutar descubriendo este vasto universo.

viernes, 18 de enero de 2013

El himno de los incumplimientos

Os dejo en esta ocasión un fragmento extraído de uno de mis programas favoritos de la radio, la sección de Todo por la Radio de la Ventana en la Cadena SER.

Se trata de una modificación de la conocida canción "No dudaría", de Antonio Flores.
Intercaladas en ella hay una serie de frases que os resultarán muy familiares.

Ir a descargar

Dadle al play y relajaros (o enervaros) escuchándola. Tengo que confesar que a mí me hace tanta gracia esta versión que cuando suena esta canción sin retocar ya no me la puedo tomar en serio.

¿Que qué os voy a decir con esto? No hace falta decir nada.

Ainssss...




miércoles, 16 de enero de 2013

Mala Farma


Bad Pharma : How drug companies mislead doctors and harm patients
Ben Goldacre
Fourth Estate

Tras acabar de leer Mala Ciencia, me quedé con las ganas de saber más de Ben Goldacre, ese médico de pelo alborotado que había puesto en su sitio a los farsantes de la pseudociencia. Cuando descubrí que su segundo libro se llamaba "Bad Pharma", decidí que tenía que hacerme con él cuando antes. Por ahora, slo está en inglés. Lo pedí por Amazon, siendo la primera vez que uso esta tienda virtual, y poco más tarde me llegó de Reino Unido este indescriptible volumen que intentaré describir. 

El libro tiene una forma graciosa de medicamento (aunque no por sus dimensiones) y en la cubierta ya avisa de que "la industria farmacéutica tiene serios efectos adversos". Lo que no te imaginas es que de verdad puedan ser tantos.

Aviso a navegantes: Todo el mundo debería leer este libro, y los profesionales de la sanidad más. En el se habla de cosas que nos afectan a todos y en las cuales hay mucha gente metida.

Goldacre, que en el anterior libro ya había esbozado finamente en un capítulo un ataque contra la industria farmacéutica, aprovecha para explayarse a lo grande en esta ocasión. La tesis ya aparece descrita en el subtítulo y es el trasfondo último de cada una de las enseñanzas del autor: debemos tener en cuenta que todas estas tramas oscuras de las compañías farmacéuticas acaban por confundir a los médicos sobre cuál es el mejor tratamiento para sus pacientes y, por ende, acaban traduciéndose en daños graves a los pacientes (sí, incluso muertes).

Esto, que puede sonar muy fuerte y exagerado, encuentra en el libro su perfecta demostración: casi cada afirmación que se dirige está perfectamente referenciada y al final del libro se puede encontrar una extensa bibliografía al respecto que ocupa más de treinta páginas. A eso ya nos tiene bien acostumbrados Goldacre, que es inigualable al manejar correctamente la información científica.

¿Pero qué cuenta Bad Pharma? El encanto es tener ocasión de leerlo porque habla de tantas malas prácticas en este tipo de industrias que llegas a quedar saturado de información, pero lees porque quieres saber hasta el último rincón oscuro de estos negocios. Y la verdad es que, pese a lo mucho que ya se sabe, este libro arroja casi exclusivamente cosas que se desconocen. 

La base del libro son los ensayos clínicos, que aportan información objetiva de qué fármacos funcionan mejor o peor que otros, cuáles son sus efectos adversos, qué usos pueden tener, etc. Necesitamos ensayos clínicos para saber la verdad sobre los fármacos que los médicos prescriben a diario. Pero la industria, en parte, tira por otros derroteros.
Para resumir un poco los contenidos voy a basarme en la división que el propio libro establece:
  • Missing data: el libro comienza fuerte con el que quizás sea el concepto más preocupante. Muchos ensayos clínicos no ven la luz porque la industria los tapa. Esos informes ocultos contienen información que no favorece a sus productos, mientras que los que le benefician sí que se publican.
  • Where do new drugs come from? Un breve repaso al nacimiento de los nuevos fármacos, con especial detalle a las manipulaciones que pueden ocurrir en cada fase antes de salir al mercado y cómo saltarse las regulaciones con arte y estilo.
  • Bad regulators: los reguladores tienen acceso a toda la información, pero no están por el lado de la transparencia. Quizás deban favores a las industrias y deciden con cuentagostas qué información sale a la luz pública. Generalmente, aparece aquella que la industria quiere dar.
  • Bad trials: errores en el diseño, realización o análisis de los ensayos clínicos. Diversas formas de hacer que tu fármaco sea mucho mejor de lo que parece y arquitectura para taparlo al máximo en la información que se ofrezca.
  • Better trials: Una idea del autor en base a cómo hacer mejores ensayos, es decir, más transparentes, sin aumentar por ello el coste. No es mala, pero falta hace que todos se pongan de acuerdo.
  • Marketing: No podía faltar un tour por la publicidad, los visitantes médicos, las conferencias, los bolis de regalo y otras lindezas de la industria farmacéutica para vender tanto a médicos como pacientes lo espléndido de su género.
Tengo que decir que, aparte de la meticulosa construcción en base a las pruebas sobre la que escribe el autor, hay temas que, hasta donde yo sé, son ciertos o tienen todas las papeletas para serlo. Hay muchos ejemplos y no voy a entrar en todos ellos, pero por citar algunos: yo ya estaba enterado del fiasco del Tamiflu y del Iressa, me sonaba extraña la poca efectividad demostrada del esomeprazol respecto a su exagerado precio, creía que el caos de la familia de estatinas escondía algo y lo mismo con los inhibidores selectivos de la COX-2. Si nos falta información sobre los fármacos que alguien esconde a propósito, es difícil que nos podamos beneficiar de ellos como nos gustaría. 


Este libro también aporta a lo largo de sus páginas posibles soluciones que se podrían tomar para resolver estos flagrantes problemas. Pero el problema es de los gordos: no bastaría una solución en la regulación de los ensayos clínicos publicados de ahora en adelante, sino que debería tener efecto retroactivo. Y es que ahora mismo, no podemos estar muy seguros de cuáles son los fármacos que realmente funcionan, porque no sabemos hasta que punto la información publicada al respecto está sesgada.

Si estáis particularmente preocupados por el escándalo de todos los ensayos clínicos que no han visto la luz y, por tanto, constituyen una mala praxis que en último término afecta negativamente a la salud de todos nosotros como potenciales pacientes, os animo a firmar en esta dirección: alltrials.


Ahí tenéis otra charla (en inglés) de este fenómeno, precisamente hablando de este tema y mencionando de forma somera algunos aspectos que se desarrollan en esta lectura. Yo ya me declaro fan suyo incondicional. Reitero lo de que todo el mundo debería leer este libro, ahora en letra pequeña para no cansar al personal.

Por último, otro pensamiento me asalta al acabar de leerlo: "¡Qué valor tiene este hombre de contar todo esto! Pese a su desparpajo... ¿no tomarán represalias las farmacéuticas y los demás implicados contra él?" 

No lo sé.

Lo único que sé es que gente como él nos hace falta para dar transparencia a este mundo.

domingo, 13 de enero de 2013

Los políticos que pisaron la calle

No deja de resultar asombroso que, dentro de la vorágine de la crisis, la tercera preocupación de la población sea su clase política. Este llamativo hecho viene condicionado por el desprestigio que la clase política sufre y que va en aumento. La población se preocupa también en estos momentos de desesperanza de que sus dirigentes no tienen lo que hay que tener y dudan de su capacidad para sacarnos de esta.

Alguno podrá pensar que es por los casos de corrupción que salpican cada día los informativos. Sí, es innegable que parte de culpa sí que tienen estas tramas de ladronzuelos de cuello blanco que se están llevando crudo el dinero de los contribuyentes, nuestro dinero. Pero, aunque es importante, no creo que sea lo único. Creo que tras el descrédito se erige una opinión colectiva de que nuestros políticos están bastante alejados de la ciudadanía.

¿Por qué? No me gusta generalizar, pero creo que es posible pensar que esta casta política está muy incrustada en sus privilegios y se ha olvidado de gobernar por y para la gente. ¿A qué se debe?

Voy a hacer una comparación, porque creo que hay algo bastante distinto entre los políticos de hoy y los de, por ejemplo, la Transición y los años siguientes. A mi gusto, la Transición deja bastante que desear y son muchos los que protestan ahora por ello, pero eso lo vamos a dejar para otro día, porque lo que quiero no es fijarme en el proceso, sino en los protagonistas políticos. Peces-Barba, Fraga, Carrillo, Suárez y un largo etcétera. esta gente compartió la profesión de los que ahora nos representan, pero eran considerablemente distintos.

Creo que la diferencia no estriba en si tenían más o menos experiencia o estudios.

Aquellos políticos vivieron en tiempos difíciles: el horror guerra, la hambruna de la posguerra, organizándose en grupos clandestinos tras la dictadura... En definitiva, habían sufrido como cualquier ciudadano y eran ciudadanos casi como cualquier otro. Creo que eso daba muestra de la ejemplaridad de la política ejercida por unos individuos que enlazaban la profesión con el total conocimiento de la realidad.

Ahora ya no. Han pasado bastantes años y los nuevos políticos se han incubado entre algodones: han tenido una vida fácil hasta que han llegado a su puesto y desde él trabajan con un casi total desconocimiento de lo que tienen que gobernar. De otra forma, no soy capaz de explicarme ciertas políticas adoptadas por todos ellos a sabiendas del daño a la ciudadanía. Más que hablar con el ciudadano, les dan la espalda.


Ojalá no sea tarde para que aprendan de los políticos que pisaron la calle.


jueves, 10 de enero de 2013

Razones para pintar las puertas en Irlanda

Una de las estampas más típicas de Dublín son las típicas casas georgianas ubicadas en algunos de los barrios de la ciudad. Existe una postal frecuente en las que aparecen varios portales de estas casas en una sola foto, porque es muy llamativa la combinación de colores que tienen sus puertas.

Es de agradecer un gesto así de colorido en lugares donde, de otra forma, todas las casas nos parecerían iguales. Y la idea disfruta de una popularidad muy aceptada. Pero es inevitable que uno llegue a preguntarse ¿de dónde viene la costumbre de poner las puertas de colores? Hoy en día las fabrican y las venden así, pero en su día empezaron a pintarse por algún motivo. 

Nadie en Dublín sabe exactamente la razón, pero se barajan algunas. Voy a exponéroslas porque me parecen muy curiosas y podéis quedaros con la que prefiráis.


1) Algunos dicen que pintar las puertas de colores es ideal para romper con el plomizo tiempo que suele hacer en Irlanda. Y es que los cielos de aquellas tierras están frecuentemente poblados de nubes grisáceas y mucha lluvia...


2) La teoría más histórica corresponde a que el hecho sucedió tras la muerte de la reina Isabel I de Inglaterra, en el 1603. Irlanda estaba bajo el dominio británico, hacia el cual sentía gran repulsa. Así que cuando los británicos mandaron que por luto a la reina los ciudadanos irlandeses pintasen las puertas de sus casas de color negro, los simpáticos vecinos optaron por coger todos los demás colores de la paleta para adornar sus portales.


3) Y por último, la teoría más rocambolesca. Cuenta la leyenda que un vecino andaba emborrachándose en las calles de Dublín una noche. Cuando regresó a su casa a altas horas y todavía con los potentes efectos del alcohol en su cabeza, sorprendió en la cama a su mujer con otro hombre. El borracho, lleno de furia, cogió un cuchillo y asesinó a los dos. A la mañana siguiente de resaca, descubrió que no estaba en su casa sino en la de al lado. Su mujer estaba perfectamente, pero había matado a sus dos vecinos. Parece que pintar las puertas de diversos colores era una medida para evitar más confusiones de este estilo, en una serie de casas que eran idénticas.

domingo, 6 de enero de 2013

El euro por receta (Carta al director de El País)

Copio una carta al director que me han publicado en el periódico El País, 6 de enero de 2013 (link)

Un inesperado pero bien recibido regalo de Reyes. Es la primera vez que me publican una, pero aunque sé que no es nada del otro mundo, me ha hecho ilusión ver mi opinión impresa en las páginas.

A ver qué os parece:

Me considero manifiestamente muy indignado con la medida del euro por receta. En primer lugar, por imponer el pago de un impuesto en un peaje tan indiscriminado y prácticamente ineludible como el de un enfermo que acude a la farmacia a recoger la medicación; medicación que no ha decidido él sino un médico que se lo manda pensando en su salud, en su vida. Y en segundo lugar, porque la posibilidad de eludirlo pasa por rellenar tres engorrosas copias en la farmacia, posibilidad dicho sea de paso duramente amenazada por las autoridades cual crimen atroz. 

Total, para recaudar una estimación de 80 millones de euros, una cifra que, si me permiten expresar mi opinión como sanitario, es ridícula comparada con otras medidas sobre el gasto farmacéutico dirigidas contra la industria farmacéutica y que son mucho más eficaces. Pero claro, es más fácil que paguemos nosotros.


¡¡Felices Reyes!!


miércoles, 2 de enero de 2013

Matar pollos: un superpoder real

Hace ya tiempo leí una noticia que me pareció totalmente fuera de lo común. Pero trataba de niños chinos, los cuales acostumbran a sorprendernos. A ver si la encontráis igual.

Un niño chino de 4 años llamado Xin ha sorprendido a la comunidad internacional con algo que en la jerga de muchos podría ser clasificado como un superpoder. Resulta que es capaz de matar aves con su voz. Y es real.


Vamos a ver cómo se descubrió este don. El padre de Xin trabajaba repartiendo bombonas de butano a domicilio. Un día, el 24 de septiembre de 2006, decidió llevarse con él al trabajo a su hijo, mientras recorrían el pueblo de Jiangsu (en una provincia al este de China). Cuando el padre y el hijo llegaron a la granja de la familia Wang a entregar el pedido, el perro que custodiaba la granja se abalanzó sobre el pequeño Xin, provocando que el niño se asustase mucho y emitiese unos gritos de cuidado.

Hasta aquí nada debería sorprendernos, pero el niño había provocado sin saberlo un resultado increíble.  Los pollos de la granja Wang se alarmaron con los chillidos del niño chino y empezaron a correr despavoridos y sin control por el corral. Los animales se chocaron y aplastaron unos con otros en múltiples colisiones y el resultado fue un auténtico holocausto en el que murieron 443 pollos y otros cuantos quedaron heridos.


El padre de Xin se vio obligado a pagar por decisión judicial una indemnización de 1800 yuanes al dueño de la granja Wang, tras determinar el juez que el "tumulto aviar" solo se había podido haber causado por los alaridos del niño en las cercanías del gallinero, confirmados por diversos testigos que los oyeron, y una vez los análisis veterinarios descartasen que los pollos padecieran intoxicación o enfermedad alguna.

No me lo invento, miradlo aquí. Parece que tiene que ver con la frecuencia del grito, que es especialmente insoportable para los pollos. A partir de este hecho, al pobre Xin se le ha vetado el acceso a las cercanías de las granjas.