jueves, 6 de abril de 2017

No pasa el tiempo

Es misterioso ver como el tiempo no pasa por quienes conocemos. O sí que pasa, pero se normaliza su paso, tal y como deja de sorprender que un río fluya y nunca se esté quieto. 

Me fijo en ellas, en ellas que crecieron conmigo de forma paralela o a ratos entrelazada. En su piel que antes era tersa y ahora empieza a estar recorrida por arrugas de desconocidos tractores que labraron su tierra fértil. Y parecen no importar, y si importan y uno las mira no ve nada desconocido, asimila de forma inconsciente lo que siempre estuvo allí latente y un día apareció, no parece raro. Sigue siendo la misma, dice, cuando el intervalo de juventud se vuelve cero al mirar una foto de hace años, la misma cara sin años como si fuera intacta. Si surge una cana, siempre estuvo allí, como no haberla visto antes cuando no teníamos trabajo y nos sobraba el tiempo libre, en qué poco nos fijábamos. 

Uno la ve y piensa que ya parece madre, como si se llevara ser madre en secreto, como un plan deliberado y sin hijos aún. "Cómo puede ser madre alguien que no dejó de ser niña" es un pensamiento que nunca ocurre en uno, como si desafiara a las leyes de la física, siempre fue perfectamente normal y esperable. De repente, aunque no es tan rápido, el vientre se hincha y las facciones cambian, comienza a ser más un temor que una sospecha, más algo tangible que una idea. A sus ojos es la misma, siempre la que nunca dejó de adornar el presente llevándose al armario los recuerdos. 

Y de la misma forma a uno siempre le pareció que desde el primer día sería así, que cuando sujetaba el vaso en esa discoteca a la que casi no tenía edad de entrar, ve que le sobrevendrían la edad y la maternidad, quizás el destino pensara en ello por encima de esas cabezas atolondradas que intentaban vivir al margen de lo inevitable. 

Quizás el tiempo sólo pase para aquél al que de verdad le importa y se pare a pensar, se interponga a detener un tren que nadie ve y a nadie incumbe. Siempre fue así a tus ojos y a los de los demás, incluso a esos ojos mismos que eran más jóvenes y veían a las mismas personas.