martes, 5 de marzo de 2013

Esa dimensión distinta de la realidad

La realidad es la misma para todos, pero tiene dos dimensiones muy distintas: una es la que te cuentan, la otra es la que vives.


I) La primera dimensión de la realidad, la que te cuentan, es más fácil de sobrellevar. Es la que percibes por los medios de comunicación que te bombardean a diario y desde todas las esquinas. Cifras del paro que aumentan sin toparse con un techo, fotos de gente que busca comida en los contenedores, miles de desahucios en los que familias pierden un trozo de su vida.... 


Son noticias que se disparan a tal velocidad que te saturan la mente, se acumulan gota tras gota y pueden llegar a hacerte sentir realmente mal. Pero, si le pones esfuerzo y te falta sentido de humanidad, puedes apagar la radio, la tele y dios sabe cuántas cosas más para salir de ese mundo. Y se para.


II) La otra dimensión de la realidad, la que vives, es bien distinta. Es cuando sales a la calle y pasas por el Inem y ves que hay una cola muy larga y que incluso te encuentras con conocidos en ella, es cuando ves que el contenedor donde tiras la basura cada día está siendo explorado por alguien ¿mi vecino? con cara de desesperado, es cuando ves a Stop Desahucios movilizándose en tu zona...


Es cuando ves a todos ellos y pensar que mañana puedes ser tú el implicado, si es que no lo eres ya. Esta realidad crece de forma exponencial y pierdes la cuenta. Y lo verdaderamente particular de esta realidad es que de ella no se puede desconectar, no se detiene ni un momento.

¿Y tú, en qué dimensión vives? Realidad sólo hay una.


12 comentarios:

  1. una visión muy real de lo que nos rodea, e incluso espera quizás. Pero creo que tiene que llegar un momento en el que esto pare, y por lo menos no empeore. Ese será el punto de partida, que debe de etar mas cerca que lejos ...
    un saludo Luis

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    1. Toda la razón, Mariano, esperemos que ese día esté cerca. Cada día es una agonía para muchas personas...
      ¡Un saludo y gracias por la visita!

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  2. UNa vision real de lo que nos rodea, a veces la gente solo ve lo que quiere, excelente entrada.

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    1. Me gusta que le hayas puesto el adjetivo "real", eso es justo lo que buscaba inculcar. Cada vez más gente pasa a la dimensión más incómoda...
      ¡Un saludo!

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  3. Desde luego creo que la mayoría de nosotros vive esa dimensión de la realidad pura, cruda y dura que vemos en cuanto salimos a la calle, esa que por ahora nos pasa rozando y que muchos pensamos si tardaremos mucho en vernos en la misma situación.

    Aun sigue habiendo mucha gente, que piensa que todo esto solo les pasa a los demás... Y sé que los hay, sobre todo cuando dejan de responderte al teléfono.

    Saludos!

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    1. Has dado en el clavo, por eso he escrito esta pequeña aportación a la causa. Yo también sé que hay muchas alamas ajenas a esta realidad tan cruel, espero que se den por aludidos si me leen.

      ¡Un saludo!

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  4. Cuánta razón tienes, por desgracia. Lamentablemente, demasiadas veces hacemos eso de seguir apaciblemente con nuestras vidas tras compadecernos cinco minutos (y pido perdón por el hecho de que ésta vaya a ser una vez más, animales de costumbres somos). De hecho, acostumbro a sentirme culpable cada vez que pienso en estos temas, sobre todo cuando caminando por las calles de Santiago veo a tantos pobres de pedir y me acuerdo de frases como las de Nach en Manifiesto "poniendo su mueva más seria e indiferente al ver que el indigente sangra su miseria en la acera de enfrente". De hecho si voy por la calle y escucho Revolución, de Zpu, y veo a un pobre, agacho la cabeza de vergüenza y paro la música. Y a menudo recurro al típico "no llego nada" siendo mentira cuando me piden interpelándome directamente si ese día no quiero dar. Aunque la mitad de las veces sí doy (o es verda que no llevo), pero luego pienso que a) no sirve de mucho si no combato el problema y b) a veces puedo estar financiando los vicios de un yonqui y no aliviando la necesidad de un necesitado (anque por desgracia últimamente parece que hay cada vez más genuinos).

    No sé si no es la primera vez que se habla en este blog de tal tema o es que yo mismo he pensado y hablado muchas veces sobre él, pero me resulta tan familiar como si hubiera sido ayer la última vez que comenté de esto con alguien, o conmigo mismo. No, ya lo sé. Fue el cuatrimestre pasado, reflexionando sobre los mass media, la manipulación de la información y los efectos psicológicos de los cambios en los medios de comunicación en el ser humano, en las clases de Historia de los procesos de globalización y Metodología de la Historia. Y en la introducción de mi trabajo sobre A Cidade da (In)Cultura.

    Antes de acabar me pondré filosófico y afirmaré: hay sólo una realidad, pero al mismo tiempo hay demasiadas realidades =)

    Sólo diré algo más. Una frase que nuestro profesor de Metodología nos citó en clase:
    "La muerte de una persona es una tragedia. La muerte de un millón de personas es una estadística".
    Iósif Stalin

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    1. Buena reflexión te has pegado. Desgraciadamente, como bien has dicho, la pobreza cada vez es más auténtica. Pero creo que no debería disuadirnos pensar que podemos hacer relativamente poco. Aunque sólo ayudemos a una persona, aunque sólo sea por un tiempo, para ella/él puede significar mucho. Nuestra ayuda individual puede ser muy valiosa.

      No me gusta nada la figura del señor citado, y la frase es bastante cruel, pero lleva algo de razón. A los mercados, la banca y los grandes poderes no les importan los casos individuales, sino el PIB, la deuda y los número de un país.

      Así nos va...

      Un saludo!

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  5. Creo que coexisto en ambas realidades, por un lado nunca veo las noticias, decidí hace bastantes años desconectar de ellas en TV, radio y prensa escrita, lo poco de lo que me entero es por internet, pero lo hago porque realmente no aporta nada positivo a mi vida: mi situación personal no va a cambiar porque absorba toda esa información chunga, entre otras cosas porque algunos de los ejemplos que mencionas los vivo en mis carnes y no necesito que cuatro "expertos" que no sufren el problema, se pongan a debatir.

    Por otro lado, soy humana, y me quedo hecha puré cuando voy al Inem o veo a gente rebuscando en la basura. No permanezco impasible, me remueve, como es lógico.

    No creo que estas dos dimensiones sean excluyentes, pueden cohabitar en cada uno de nosotros sin ninguna contradicción. Y muchas más dimensiones, y sino que se lo pregunten a Max Tegmark y su teoría de los "Universos paralelos" :P

    Abrazos.

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    1. Yo también anduve un tiempo largo en mi juventud desconectado de las noticias y sinceramente no volvería a pasar por ello. Agradezco saber acerca de lo que ocurre en el mundo, me hace más humano (o a veces, si me quedo sólo con la información, más inhumano, como he comentado). Pero me alegra ver que tú estás en la dimensión que más importa a la humanidad.

      Conozco la teoría esa de los universos paralelos, pero yo no le veo el sentido. Qué ganas de complicarnos la vida a todos...

      ¡Un saludo Trinity!

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    2. Luis, lo que quiero decir es que lo que te cuentan los medios, no es siempre información, sino la mayoría de las veces, desinformación. Lo que ocurre en el mundo no hace falta que te lo enseñe nadie, ya lo ves tú mismo si estás interesado en lo que tú llamas realidad y en el prójimo. Y para movilizarse, no hace falta ver "el parte", como dice mi padre. De hecho, la época de mi vida en que me tragaba todo, TV, periódicos, radio, era más insolidaria que ahora que supuestamente estoy en babia.

      Jajaja pues a mí me gusta cómo cuenta la teoría Tegmark, me encanta imaginar que hay otra Trinity en otro lugar con la que nunca coincidiré.

      Feliz fin de semana.

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    3. Ciertamente también tienes razón en eso de la desinformación, me da para pensar en extenderlo en otra entrada. Creo que el exceso de información puede "adormecernos" en el sentido en el que te acostumbras a recibirla todos los días en dosis similares. A veces hay que pensar en quien maneja la imprenta incluso.

      ¡Gracias y disfruta de lo que queda del domingo!

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