lunes, 20 de agosto de 2012

Enamorado de Molly Malone


¡Ey, ya estoy de vuelta!

Tras tres semanas en Dublín, el sábado por la noche pisé de nuevo mi casa. El viaje de vuelta fue largo ya que el avión me dejó en Madrid y de ahí tuve que coger un ALSA a Bilbao, pero más que cansado puedo decir que fue aburrido, en mi línea.




Tengo demasiadas experiencias que contar y creo que podré rellenar unas cuantas entradas con fotos y pensamientos de cómo es la vida aquí y allí. Me atrevo a decir que es el viaje más interesante que he hecho en mi vida, y también ha sido el más largo. Ya quedé impresionado con el estilo de vida de Amsterdam, pero Dublín me parece todavía más perfecto porque combina esa sobriedad con un ambiente muy amigable. La música en directo de los pubs puede ser el mejor ejemplo de cómo esta sociedad sabe vivir el momento. ¡Os encantaría!

Me hospedé en una familia, un gran acierto porque Mary, ahora mi segunda madre, me enseño cómo realmente en Irlanda no se come mal si le pones empeño, a la vez que me daba conversación. Le estoy muy agradecido. Por lo demás, mi horario consistía en aprender inglés durante las mañanas de lunes a viernes, con unas clases que, si bien no eran lo que esperaba, me sorprendieron por su contenido en speaking realmente interesante, donde discutíamos sobre temas sociales como si fuéramos tertulianos. ¡Grandes los teachers! ¡Y gracias clase, sois los mejores!

¡La clase perfecta!
Y es que la escuela era el inicio de la amistad y de la aventura turística. Después de comer, los de la escuela aprovechábamos al tarde para hacer excursiones pequeñas por las distintas partes de Dublín, lugares tan recomendables como la Kilmainham Jail o el Writers Museum; o bien acabar en sitios tan míticos como Temple Bar o Dicey's (¡que no es mítico en sí por ser tradicional sino por sus precios!). Guinness por doquier, que aunque no es mi cerveza favorita, hay que decir que allí sabe a pura gloria.


Los fines de semana aproveché para descubrir otras zonas fuera de la capital, tales como Cliffs of Moher (que podéis ver en la foto de al lado), Glendalough y Bray; pero también para recorrer las esquinas de la ciudad más de cerca. Cuando era capaz de moverme por las calles sin temor, subir y bajar de los buses sin problema y disfrutar de café y lectura en un Starbucks, ya me sentí totalmente integrado.



Y sin olvidar las nuevas amistades de todos los puntos de la península y de algunos más lejanos, y que por sorpresa se juntan con las antiguas amistades de mi zona, allí donde Dublín te sigue pareciendo parte de tu barrio. Personas que te hacen ver la vida de otra forma, que es posible llegar a donde quieres por difícil que parezca. ¡Incluso Katie Taylor te puede dar un puñetazo si te descuidas!

Gracias a todos por hacer un verano lleno de recuerdos.

Ireland 2012
¡Volveré!


3 comentarios:

  1. Un placer ha sido conocerte. Son mis sinceras palabras, así que sólo recordarte que en Barcelona (Sant Pere de Ribes) tienes una amiga a la que siempre puedes visitar y un hogar a donde siempre podrás estar.
    U r craic ;)
    Sldos, Laura.

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    1. ¡Muchas gracias por visitar mi blog, Laura!
      Lo mismo digo, he pasado unos días muy especiales y ha sido genial coincidir en este viaje. Prometo pasarme por bcn, y que tienes un rinconcito si te pasas por tierras vascas, plantéatelo.
      All the best
      Luis

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  2. :) que ilusion! Si hasta hay una foto nuestra. Creo q no me equivoco al decir q para la mayoría sera un visje inolvidable. Un besito desde Logroño!

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