miércoles, 26 de septiembre de 2012

25-S: Una policía temeraria y de temer


Con la gran repercusión en los medios que ha tenido, todo el mundo ha podido enterarse no sólo del planteamiento sino de muchos jugosos detalles que han derivado de la manifestación "Rodea el Congreso" del 25-S, una manifestación convocada en principio de forma pacífica y democrática por parte de la ciudadanía para demostrar a los diputados el descontento social derivado de los recortes que destrozan vidas a diario y de un gobierno mentiroso que está en manos de unos mercados de los que ni quiere ni puede escaparse. 



La manifestación llevaba tiempo haciendo falta, era necesario juntar a un gran número de personas, como a los que acamparon en la Puerta del Sol hace ya más de un año, para provocar que el gobierno vuelva su cara hacia una ciudadanía con la que ve que pierde los nexos, de la que no sólo debe valer que voten cada 4 años. 
Sin duda, eso lo han visto. 
Sin embargo, las autoridades decidieron aliñar la fiesta con policía suficiente para parar un tren. Así es como este evento ha quedado tapado por algo mucho peor: un espectáculo de violencia desmedida.

No nos debe sorprender, ni mucho menos a la policía, que en toda manifestación que se convoca con buena intención haya algunos individuos aficionados a liarla y que no siguen el objetivo de la mayoría, pero ocurre. Es algo inevitable cuando el número de manifestantes es tan grande. También hay siempre algún porrazo más fuerte que otro, o incluso algún policía herido. Hasta ahí vale.

Lo que la policía debe justificar ahora son varios actos. El primero y más flagrante, es que los agentes, por orden superior, se tapen la identificación que deben portar para que, en caso de agresiones desmedidas, puedan ser denunciados. Esto no es la primera vez que pasa (remito a cómo se disolvió la manifestación del 15-M en Cataluña hará poco más de un año, con imágenes que nos enfríaron la sangre a todos. Y ellos sin identificar). Esto es un delito por parte de las autoridades competentes que debe ser explicado y subsanado de inmediato.

Otro hecho muy importante es que, en esta manifestación, la policía había delimitado un perímetro alrededor del Congreso para impedir el acceso al Congreso. Eso es lo que los organizadores de la manifestación estaban dispuestos a respetar. Hasta que se armó el revuelo y se formó un tinglado sin orden ni concierto. Un número pequeño de manifestantes (que por sorpresa, algunos de ellos resultarían ser más tarde policías infiltrados con capucha) empezó la revuelta al transgredir los límites. Pero aquí es donde la policía pierde la cabeza y decide pasar los límites establecidos anteriormente a la hora de buscar villanos. Todo se convierte en una revuelta violenta, con la prensa corriendo por su vida por en medio, con heridos injustificados y algunos de gravedad... Pero vamos a ver... había más de 1.300 agentes, contra según sus fuentes 6.000 manifestantes, una proporción muy equilibrada para este tipo de encuentros. Estos señores agentes, ¿no saben hacer bien su trabajo? Su trabajo debería ser disolver la manifestación si traspasa lo acordado, o detener a aquellos sujetos que se pongan violentos, que no serán muchos y hay policías de sobra para aplacarlos. 
Yo entiendo que la situación en el momento es difícil, ¿pero da derecho eso a ir contra todos en cuanto salta la mecha?

Y ahora viene el pecado mortal, cuando la naturaleza de la función policial se corrompe como el óxido. La policía deja de guardar la ley y parece que va a divertirse. Todos hemos visto esas imágenes de un camarero que ha resguardado a algunos manifestantes y ha impedido mediante duras palabras a los agentes entrar en su bar, donde aquello hubiera podido ser una masacre. Y hemos visto con otra cámara cómo la policía andaba armada y con ganas en el metro, donde no había nada que disolver. 
¿En un bar? ¿En el metro? ¿Se puede justificar esto? 


No quiero conjeturar demasiado, porque hay algo que se me revuelve por dentro, me molesta y no me deja razonar. Me miro por dentro y veo que algo ha cambiado. La conciencia la tengo en el sitio de siempre, pero ahora brilla menos de lo normal. 
Voy a apagar la luz, a ver si así la veo mejor. Me sentaré con ella a escucharme qué tiene que decirme.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Una tarde literaria por Dublín

Como ya van unas cuantas veces en las que hablo de Irlanda he acabado por crear una categoría específica. Y es que lo que ese viaje me aportó en experiencias aún me va a dar muchas oportunidades para escribir...

Para los que seáis grandes aficionados a la literatura, como es mi caso, os propongo un plan para disfrutar durante unas horas de lo que conlleva el placer de leer. Se trata de dos sitios de Dublín que están muy cerca entre sí: el Dublin Writers Museum y la librería Chapters.

Dublin Writers Musemhttp://www.writersmuseum.com/
Está situado en el número 18 de Parnell Square, en una casa de estilo georgiano más que adecuada para acoger una exposición como esta. La entrada puede parecer cara (entre 6 y 8 euros) para alguien que no aprecie realmente el museo, pero yo estuve encantado de pagarla. Antes de la visita es muy conveniente obtener una audio-guía gratuita disponible también en castellano para enterarse bien de cada una de las 23 secciones en las que se divide la visita, y que además contiene extractos de obras y anécdotas de los autores.

Qué decir de la prolífica y admirable literatura irlandesa… Aunque uno no sea experto en el tema, es fácil que varios autores os suenen. Hablamos de James Joyce, Jonathan Swift, Oscar Wilde o Bernard Shaw. Pero incluso yo me llevé alguna sorpresa porque no sabía que el autor de Drácula, Bram Stoker, también era irlandés. A lo largo de dos salas de la planta principal, la exposición está estructurada de forma cronológica, desde los primeros retazos de letras en Irlanda como puede ser el Book of Kells  (que no está en este museo sino en el Trinity College) o los primeros cuentos; hasta la época más actual. A cada nueva pincelada de literatura hay un panel informativo y un mostrador con incunables, cartas u objetos de la vida cotidiana de los autores a los que se hace referencia. En la sala de arriba, a la cual se accede a través de una escalinata presidida por una preciosa vidriera, hay una sala biblioteca y una gran sala de reuniones donde a veces se dan ponencias, bellamente adornadas. En este momento es cuando más hincapié se hace sobre la historia y la decoración del edificio.


La visita oficial acaba aquí, pero si tienes tiempo puedes pasarte por la tienda y por la cafetería. Más aun, hay un patio interior con mesitas en medio de un jardín con bancos de piedra que es ideal para descansar durante unos minutos. Pero… ¡Date prisa, el museo cierra a las 5 pm!


Chapters Bookstorehttp://chapters.ie/
Increíble, pero en mi caso tuve que prometerme que no entraría más de dos veces o podía decir adiós a mi vida social. Chapters, ubicada en Parnell Street, es la librería más grande de Irlanda. Y con razón. Nada más entrar, llama la atención el precio de muchos de los libros, expuestos con pegatinas en la portada, y que es llamativamente más barato de lo que ese mismo libro cuesta en otra librería. Y nos encontramos ante una planta baja enorme como no puedo describir (quizás más grande que dos bazares orientales) lleno de libros por doquier, en estanterías, en cestas, en mostradores… Es fácil perderse entre la gran cantidad de estantes, bien sea por poca orientación o por puro deleite de entregarse a curiosear como si no hubiera un mañana. La sensación que experimenta un lector empedernido como yo es la de olvidarse de todo mientras los ojos no son capaces ni siquiera de parpadear al recorrer los volúmenes.

Pero cuando uno ya estaba desbordado entre tanto libro y tantas ofertas a discreción, de repente descubre que… ¡hay otra planta arriba! Y sí, es igual de gigantesca. ¿Pero cómo es posible, si parece que en la planta de abajo estaba la totalidad de las temáticas? Pues resulta que la planta superior tiene exactamente la misma estructura y clasificación que la inferior, pero es que arriba están los libros de segunda mano. ¡Y ahora muchísimo más baratos de lo que estaban ya antes! Para volverse loco, de verdad.



Espero que si andáis por Dublín, y por otro lado, os encanta la literatura y queréis daros a ella durante una tarde, encontréis en esta entrada un buen consejo. ¡No me culpéis si os causa adicción!

lunes, 17 de septiembre de 2012

Toma y daca: se sienta Rubalcaba.

Como ya le tocara el lunes de la semana pasada a Rajoy, esta noche ha sido el líder de la oposición Alfredo Pérez Rubalcaba el que se sentaba ante la misma situación. Otra vez, de nuevo, con las mismas caras de la prensa, incluso con algunas de las preguntas a las que se enfrentó Rajoy. (Si no tuvisteis ocasión de leerlo en su día, aquí os pongo mi anterior entrada sobre la entrevista de TVE al presidente del Gobierno: http://laleydelaveleta.blogspot.com.es/2012/09/la-entrevista-rajoy-una-broma.html )

El debate se ha abierto con la pregunta acerca de la conveniencia del rescate a España. Al menos aquí el entrevistado no ha contestado con un "Eeeeeeehhh...." para después evadirse, sino que ha plantado cara y ha dicho que a él no le parece un buen gesto por lo que implica para los ciudadanos. 
Bien, ha empezado bien. Y de hecho ha estado más a la altura que Rajoy. 

Rubalcaba, durante una entrevista en TVE. EFE

A favor de él hay que decir que sabe envolverse en el discurso periodístico de los oponentes y sabe capear la tormenta. Además, Rubalcaba demuestra tener un arma más positiva que la de Rajoy: es que es mucho más consciente de la realidad que hay en la calle, y sino comparad ambas entrevistas. Pero hay puntos malos. A pesar de unos periodistas increíblemente más resueltos que los que preguntaron a Rajoy, que incluso han incidido cuando Rubalcaba se iba de alguna respuesta (queda por ver si es por puro afán de la editorial de cada uno o por mandato de la cadena, o por ambas), el espacio ha quedado cubierto por algún que otro revés de tenista, véase momento Carme Chacón. Y quizás de alguna idea que se puede explicar con muchas menos palabras.

foton
¿Tiene Rubalcaba claves para salir de la crisis? Al menos, tiene mejor actitud y sensatez, y mejores dotes de comunicación que su enemigo. Aporta soluciones, o al menos andamios de las mismas. Pero no le falta algo de la bella retórica que yo comentaba acerca de Rajoy, un discurso vacuo que acaba por plantear un espejismo al espectador y que hace difícil discernir la capacidad de este político para lidiar con los mismos problemas. Yo, no sé que decir, la niebla no me ha dejado verlo...

Lo más importante: ¿Por qué la entrevista a Rubalcaba?

Más que en el aspecto político, me gustaría centrarme en el del espectáculo, el que se entrega a las masas. Es grave lo que esto ha representado. Esto, como ya todos sabemos, no es porque interese lo que opine el secretario general del PSOE. Es por aquello de intentar preservar la igualdad, o al menos eso piensan los nuevos titiriteros de RTVE: "si hacemos un teatrillo con Rajoy, tengamos a la gente contenta repitiéndolo con la oposición". 

Sí, se ha notado en las formas. Pero ojalá se hubiera notado en una pluralidad que no existe, en el triste hecho de que a los que mandan les parece un país de blanco y negro, de cara o cruz. Hay otras opciones, otros puntos de vista no tan votados, pero a una televisión pública que es de todos y para todos no le interesa entrevistarlas. Sólo había que hacer esto para cerrar el club del drama. 

¡Ah!, y para calentar las elecciones que están al caer. 

sábado, 15 de septiembre de 2012

El abuelo que saltó por la ventana y se largó


Esta tarde he acabado un libro que hacía tiempo que desde mi cumpleaños tenía en mi mesilla pero hasta la semana pasada no empecé a leer. Y sinceramente, me ha gustado tanto que no entiendo como no lo comencé antes. Aprovecharé para hacer una pequeña reseña y deciros que os recomiendo su lectura si no tenéis nada mejor que hacer (incluso si tenéis algo mejor, también).

El abuelo que saltó por la ventana y se largó
Jonas Jonasson
2012, Narrativa Salamanca

Creo comprender bastante bien por qué este libro ha gozado de tanta popularidad en las listas de más vendidos de ficción de las últimas semanas, siendo un éxito desde antes de que comenzase el verano. Me atrevo a aventurar que es por su capacidad de contar una historia sin grandes pretensiones, muy cercana y tremendamente divertida. Y lo mejor es que, a medida que avanzas, más te atrapa.

Tal y como indica el título, el día que Allan Karlsson cumple cien años decide escaparse por la ventana de la residencia de ancianos y emprender una evasión en la que se meterá en líos importantes con bandas organizadas y policías, conocerá un puñado de amigos y animales extravagantes y se prepara para el que podría ser el gran viaje de su vida... eso fuera así si por otro lado no nos enterásemos que el mismo Allan Karlsson, de joven, recorrió más de medio mundo y conoció a personajes tan singulares como Franco, Churchill o Mao en una buena colección de situaciones surrealistas pero que encajan muy bien entre ellas.

Así, el libro entrelaza la búsqueda del fugado Allan centenario con las venturas de ese mismo joven artificiero sueco que emprendió una aventura a principios del siglo XX. A la hora de narrar la historia del último siglo, resulta ser un libro bien documentado pero tampoco excesivo, debido al carácter hilarante de cada una de las páginas. El estilo en que está escrito no se hace para nada pesado, es sencillo identificar en todo momento a cada uno de los nuevos personajes y lo absurdo de muchas situaciones se presenta y se resuelve sencillamente genial.

Coincido con gran parte de la crítica en el sentido de que con Allan Karlsson es posible que hayamos un nuevo héroe de nuestro tiempo, un hombre práctico y resuelto al que no le hace falta meterse en política y que le sobra bastante sentido del humor. El autor, Jonas Jonasson, ha sabido crear en esta novela un completo surtido de situaciones donde su personaje destila encanto por todas sus vertientes. Una tarea que es cada día más difícil, la de destacar en un mundo masificado de historias, merece en este caso que reconozca a Jonasson que ha hecho una labor soberbia.    

Recomendado a todos si os queréis reír lo que no podéis imaginar y de paso aprender o repasar algo de nuestra historia reciente. En definitiva, yo soy otro de los cautivados por este libro, otro de los que saltaría por la ventana y se largaría.