No sé si os habréis
enterado, porque aquí quizás no está teniendo mucho eco. Pero por lo que he
estado leyendo en The Guardian y Daily Mail británicos, la situación es la
siguiente:
What’s happening? Durante
la última década, Reino Unido ha podido presenciar bajadas espectaculares en
los informes PISA, que evalúan las competencias de alumnos de secundaria en
ciencias, lengua y matemáticas. Desde que los tests PISA empezaron en el año
2000, Reino Unido ha visto como desde ese año sus estudiantes bajaban desde los
10 primeros países en las tres materias hasta caer casi 20 puestos más abajo en
2009, dejándolos en los puestos 16 en ciencia, 25 en lengua y 28 en
matemáticas.
Esto ha provocado que
muchos políticos se echen las manos a la cabeza pensando en que algo ha pasado
durante esos 10 años. Se preguntan quién tiene la culpa, y a alguien habrá que
echársela.
Y esta vez parece que la culpa la tienen los GCSEs, el sistema
de calificaciones que obtienen los alumnos entre los 14 y 16 años y que son la
parte fuerte del sistema educativo de Reino Unido.
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Uno de los O-levels. |
On the one hand, parece
ser que, como sostienen los conservadores, el hecho de que estos exámenes
intenten que el mayor número de alumnos obtenga la cualificación necesaria para
un futuro profesional decente ha bajado la calidad media y perjudica a los
mejor preparados, que llegan a la universidad (hablemos de Oxford y Cambridge,
por ejemplo) a un nivel que dista mucho que desear para los catedráticos que
imparten la docencia. Por ello, el actual Secretario de Estado de Educación,
Michael Gove, propone volver a un sistema anterior, concretamente a los O-levels
que se eliminaron del currículum de Reino Unido en los años 80 y que basaban
muchísima parte educativa en exámenes y no tanto en trabajos u otras
actividades de aula. Además, en el O-level se medía cada asignatura por
separado y no se emitía un certificado unitario académico como ocurre con los
GCSEs. Como se podrá imaginar, el resultado es una estratificación muy clara de
los alumnos en base a sus capacidades, algo que quizás esté muy bien para la
universidad pero no para el resto de salidas profesionales.
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Alumnos contentos de haber pasado sus GCSEs. |
On the other hand, no
sólo el partido laborista y los principales sindicatos de profesores se oponen
enérgicamente a la “vuelta al pasado”,
sino que incluso el vicepresidente Nick Clegg que es de los liberales critican
un endurecimiento de las materias que perjudica a aquellos alumnos que por
medios diversos no pueden lograr tal nivel académico y serían marginados. Dicen
que la educación “debe ser de todos, y no de unos pocos” y que volverán a una
educación de dos vías, ahondando aún más en las diferencias sociales. El lío
está servido porque, pese a ser el actual gobierno de coalición entre
conservadores y liberales demócratas, la parte de Gove no parece querer perder
el tiempo consultando a los liberales en
sacar esta ley a la Cámara. Los liberales están que trinan: la información se
ha filtrado a la prensa incluso antes de que se dé ese debate interno.
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Gove en la clase que más se ajusta a sus O-levels. |
The question is:
¿realmente estos exámenes GCSEs son tan poco exigentes y perjudican a los más
preparados? Lo cierto es que el sistema actual cuenta con un gran rango de
calificaciones a obtener, quizás excesivo, que compensa a los alumnos en
aquellas asignaturas que fallan con otras en las que destacan, con lo que se
obtienen perfiles profesionales poco específicos. Pero lo que ha puesto el
grito en el cielo son algunas de las preguntas formuladas que se hacen a
estudiantes de 15 años en estos tests del GCSE “¿Con qué miraría usted las
estrellas, con un telescopio o un microscopio?” “¿En qué parte del cuerpo se
pone un jinete el casco?”. Preguntas más propias de primaria que según los
conservadores pueden indicar como el sistema educativo quizás se está poniendo
demasiado fácil en pos de la igualdad.
To my mind: Hay razones
para discutir, y cada uno tiene las suyas, como ya hemos visto. Pero lo que está pasando no es muy distinto a
lo que ocurre en España.
Si se dejase de politizar
tanto la educación, si se dejase elegir a los profesores libremente como dar su
docencia, que son al final los que realmente saben de educar; nos ahorraríamos todos
esos cambios que están perjudicando a un sistema que no es autónomo porque no
se lo están permitiendo. Hace falta un pacto de educación, aquí o en Reino
Unido. Los profesores están ya probablemente cansados de ver tantos currículums
que cambian según el resultado de ese año y ver que se están robotizando a las
órdenes del partido de turno.
El futuro no puede estar
claro sino lo están las bases. Señor
Michael Gove, sea realista y por favor, no olvide de que quizás esta no sea su taza de té.
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