jueves, 29 de noviembre de 2012

Cliffs of Moher

Si tienes pensado ir a Irlanda, esta es una parada que debería estar en tu mente.

La capital está alejada bastante de este punto de interés, para ser más exactos, los acantilados están en la costa opuesta a Dublín, a unos 276 kilómetros.

Esto implica que o bien nos paramos alguna noche a pernoctar cerca de ellos o no nos queda más remedio que planificar nuestra visita en un sólo día. No hay ningún problema en cuanto a esta última opción, son muchas las compañías en Dublín que organizan viajes de un sólo día para acercarse a este filo de Irlanda.


La ventaja de estos viajes organizados en autobús es que te ponen en bandeja la ocasión de ir y pasar de farragosos alquileres de coche y de perderte conduciendo por un país que no conoces. Además, el itinerario consta de varias paradas de interés para hacer más ameno el viaje: además de la parada obligatoria para comer podrás admirar el castillo de Bunratty o el melancólico cementerio de Doolin. No obstante, recodemos que hablamos de un viaje total de unos 550 kilómetros en un mismo día y que durante la gran totalidad del mismo tu cuerpo adoptará la agradable forma del asiento enlatado del bus. Cuando llegues a los acantilados, maravíllate...


Pero date prisa porque no pararán allí durante más de hora y media, es lo malo de las visitas con los tiempos ajustados. Allí hay una tienda de souvenirs (¿a alguien le sorprende?), un museo sobre los acantilados, pero nada de eso es lo que has ido a ver.

Desde el aparcamiento hay dos zonas que abarca tu vista, el horizonte y el mar quedan segmentados verticalmente por la poderosa tierra. La de la derecha está más adaptada para visualizar los acantilados. Pero tú sientes la emoción de la aventura, de experimentar la belleza de los grandes paisajes con tus sentidos. Así que corre, olvídate de la derecha y dirígete rápido a la parte que queda a tu izquierda. Ten cuidado, es peligroso - y que no te pase como a mí, un día lluvioso con el riesgo de que el camino se convierta en barro- pero tienes que darte prisa: cuanto más rato lo tengas en tu retina más lo recordarás. El camino no es fácil, no está asfaltado y es sinuoso, no hay vallas entre tu y la gran caída. Tristemente, hay anuncios de teléfonos de la esperanza porque hay personas que acudieron allí a suicidarse.

Pero, ahora que por fin has cogido una buena y segura, vista mira al frente. Unos acantilados majestuosos y bellamente tallados se alzan a tus pies, deléitate con las formas de la roca que durante tanto tiempo se erosionaron, dándole forma a los cliffs de Moher... ¡moldeando a Irlanda! Respira el aire a naturaleza que viene desde abajo, desde el abismo donde el mar se revuelve. ¡Qué verde! Pestañea de vez en cuando, y haz una panorámica de todo, de cualquier resquicio de olas batientes y de piedra firme. Tu pelo se remueve por la inercia de los vientos que han recorrido todo el mundo. Menuda altura. Otros miran también. pero creo que no lo sienten como tú. Y, claro: toma muchas fotos, por supuesto, es una vista que estoy seguro que querrás conservar por mucho tiempo.

Los majestuosos acantilados de Moher son una imponente obra de la naturaleza que no te puede dejar indiferente.


4 comentarios:

  1. Oooh, pero... ¿dónde queda la magia de perderse y vagar al borde de la muerte hasta ser rescatado de milagro por algún lugareño y convertir tan horrible experiencia en una anécdota fantástica y emocionante para contar a tus amigos? =3

    Por lo demás... qué belleza. Qué mágica tierra es Irlanda (y qué mal lo está pasando la pobre). Alguna vez en la vida tengo que visitarla. Con calma.

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    1. Pues lugareños no había muchos, solo turistas, a menos que las lugareñas vacas que campan por allí también te puedan salvar la vida, jeje

      Irlanda no puede faltar en tu vida, a mí la verdad me transmitió muchas sensaciones. Pero creo que nosotros lo pasamos bastante peor que Irlanda ahora mismo...

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  2. Me ha encantado tu post! Vaya paisajes, tiene que ser bastante imponente estar sobre el borde de los acantilados.
    Qué rabia más grande no haber ido al final >____< Reitero lo de siempre, hay que volver!

    Saludos,

    L

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    1. Es maravilloso ver los acantilados, la verdad que merece la pena.

      ¡Of course que hay que volver! Tú también me has enseñado que hay rincones que me queda por ver.

      ¡Un saludo!

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